Obituario | Francisco Sánchez: Buen viaje, don Francisco

Hoy Nogueira de Ramuín está más triste, más apagada, más solitaria... hoy Luíntra perdió un vecino, un amigo, un abuelo. Querido don Francisco: Hoy me dieron la más horrible de las noticias, hoy decidió emprender ese largo viaje sin vuelta. Hace unos años los motores de su serradero, al que dedicó toda una vida, y digo toda una vida pues con 90 años aún andaba al pie del cañón, hace unos años dejaron de sentirse y ahora los “motores” de todo Luíntra también sufrieron un parón, que tendrán que volver a ponerse en marcha, pero hoy permítanos llorarle y extrañarle. Hombre bonachón, campechano, amigo de sus amigos... a veces refunfuñón pero trabajador como pocos, se marchó casi sin hacer ruido, ese gran corazón se fue apagando lentamente como queriendo disfrutar de cada segundo de vida. Hace unos meses supe que día era su cumpleaños y le pregunté que le pide a la vida, primero me dijo: “Firmei un contrato pola metade dos anos que teño asique tedes Francisco para moito”, pero después al rato cuando recordó mi pregunta me dijo “hay que ir deixando paso os novos”. Don Francisco aquí había sitio para todos, y más para usted. Gracias por sus consejos, por sus charlas, por sus aventuras en estos 94 años, gracias por querer a su manera y dejar ser querido. Nunca olvidaré cuando saludando a alguien en la tienda con dos besos, me dijo: “E logo para os do pobo non hai dous besos tamén”. Vaya si los había, los últimos dos besos. Gracias por la huella que deja en el pueblo pero sobre todo por la huella que deja en mi corazón y alma, gracias por los cafés... ¡cuántas gracias tenemos que darle! El motor de todos los que le conocíamos se paró un poquito, prometemos volver a encenderlo. “Non se pode parar” decía, pero déjenos hacerlo, hoy como despedida. Paramos, descansamos, aunque si nos llegara a ver diría “que facedes eiqui, pasade a traballar”. Querido Francisco, don Francisco, gracias por todo, gracias por formar parte de mi camino, gracias porque fue un libro lleno de historias y consejos que hoy cierra el último capítulo. Cuando llegue allá arriba vuelva hacer rugir los motores de su serradero, su vida... nosotros aquí haremos rugir los motores de su recuerdo. No quiso esperar por aquel chocolate con churros, pero a su salud siempre. Buen viaje y gracias mil gracias.