Dicen que los amigos de verdad se cuentan “con los dedos de una mano”, que siempre están y que nunca te abandonan. Carlos Martiñá era eso y mucho más, algo más que un verdadero amigo, era esa…
Debes estar registrado para leer este contenido
Si ya tienes una cuenta, inicia sesión
star
Podrás registrarte con tu correo. Es rápido y gratis.
¿Necesitas ayuda? Envíanos un email a [email protected].