Adif adjudicará en breve el servicio de mantenimiento de la línea gallega de alta velocidad y el corredor del eje atlántico. Son 365 kilómetros de vía para los que cuenta con una base de mantenimiento en O Irixo, que se construyo previamente para el montaje de la vía entre Ourense y Santiago. Para los 103 kilómetros de línea de ancho internacional necesita una base específica, desde la que puedan moverse con agilidad los equipos de mantenimiento y las máquinas y trenes destinados a ese fin. Pero no podrá disponer de ellos hasta el verano de 2023 porque la que tendría que haber sido base de montaje de Vilavella no llegó a concluirse. Más aún, tres meses después de cumplido el plazo en el que tendría que estar finalizada, solamente había sido ejecutado el 28 por ciento de la obra. Eso ocurría en junio de 2020, cuando Adif decidio suspender su construcción porque para cuando estuviese terminada ya resultaría innecesaria. Pero tenía una finalidad adicional: servir de base de mantenimiento, como había ocurrido con las principales bases de montaje de la línea. Para dicha tarea, el administrador ferroviario optó por realizar un nuevo proyecto, más contenido presupuestariamente, que eliminase aquellos elementos que ya no iban a resultar necesarios, como por ejemplo, la conexión con la línea de ancho ibérico o la gran losa con pórticos para el movimiento de carril.
La base de Vilavella fue la obra fantasma en la construcción de la línea gallega de alta velocidad. No estuvo a tiempo para su cometido. Ahora, la base de mantenimiento, tampoco.
