EN LA CIUDAD

Las obras de la Alameda do Cruceiro desalojan al grupo de los “okupas"

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photo_camera Tres trabajadores municipales renuevan la madera que utilizan los niños para sentarse en el parque infantil, situado en el centro de la Alameda.

El Concello sustituirá todas las farolas que iluminan el espacio, los bancos y renovará el semiabandonado parque infantil 

El Concello de Ourense inició una mejora en la Alameda do Cruceiro, que afecta al parque infantil y a la iluminación del recinto. También están siendo sustituidos todos los bancos instalados en el lugar. Los trabajos, que comenzaron a primera hora de la mañana de ayer, sirvieron para desalojar al grupo de "okupas" que protagonizó en los últimos días varios enfrentamientos entre ellos y con los usuarios de espacio de ocio y los vecinos que residen en las calles adyacentes.

Un grupo de ocho personas permanecía a las ocho de la mañana, al igual que en días anteriores, instalado en un paseo lateral, pero la llegada de los trabajadores en tres vehículos (los estacionaron dentro del propio parque) fue suficiente para que recogieran su enseres, que tenían metidos en bolsas de plástico y, uno tras otro, fueron abandonando el lugar en dirección a la calle Concejo.

Durante toda la mañana no hicieron acto de presencia, algo que agradecían los vecinos. "Ojalá que no regresen, porque son conflictivos, sobre todo después de ingerir alcohol", aseguraba uno de los residentes, José González.

Adecentamiento

Los trabajadores municipales eran conocedores de las quejas vecinales que generan el grupo de "okupas", aunque aclaraban que su cometido no eran echarlos, sino adecentar el recinto. Y comenzaron por el parque infantil, instalando tablas de madera a modo de bancos para que se sienten los niños y sus acompañantes. También tenían previsto sustituir todos los bancos. Estos últimosestaban pintados de blanco, aunque este color ya casi no se apreciaba a causa de las múltiples pintadas realizadas sobre la madera.

Los trabajadores colocaron otros similares, aunque pintados de marrón. "Veremos cuánto tiempo aguantan así, nuevos. Pronto volverán a pintarlos", comentaba entre dientes uno de los trabajadores.

Al mismo tiempo, unos compañeros suyos comenzaban a sustituir las farolas que iluminan todo el espacio. Curiosamente, estos trabajadores comenzaron su tarea justo donde suelen permanecer el grupo de alborotadores. La nueva iluminación es de bajo consumo y proporciona más luz.

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