ROBOS

La oleada de robos en iglesias no cesa: esta vez, en Porqueira

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photo_camera La capilla de San Mamede, en el concello de A Porqueira.

Los ladrones reventaron la puerta de la capilla de San Mamede y se llevaron 40 euros en monedas

A los últimos seis robos sufridos en templos de la comarca de A Limia entre los que se encuentra el de Sandiás, Piñeira de Arcos (Sandiás), Abavides (Trasmiras), Trandeiras (Xinzo de Limia), Vilaseca y Zos (Trasmiras) -todos ocurridos durante el último mes- hay que sumarle uno nuevo, esta vez, en la capilla de San Mamede, en el concello de A Porqueira.

El suceso ocurrió hace unos días en esta pequeña iglesia de la localidad, se sospecha que por la noche. Un vecino del pueblo apunta a que los ladrones "reventaron" la puerta "por dos o tres sitios distintos" y sustrajeron cerca de 40 euros en monedas, puesto que los billetes ya se habían guardado previamente. "Foi máis o dano que causaron que o que se levaron", dijo.

La parroquia contrató los servicios de un cerrajero que ya ha procedido a cambiar la cerradura del templo y esta semana pintará la puerta. El párroco de la iglesia y también cura en el municipio de Xinzo de Limia, Jaime Collazo, explicó en medio de esta oleada de robos que, en la mayoría de los casos, "los ladrones hacen más daño rompiendo los cerrojos, que llevándose el dinero de los cepillos", puesto que el pago de la cerradura suele duplicar el dinero robado.


Cerrada casi todo el año


La capilla de San Mamede permanece cerrada prácticamente todo el año, salvo para acoger a los feligreses en la celebración de eventos y misas puntuales, es el caso de las festividades locales que tienen lugar cada 16 de julio y 15 de agosto. También hay una eucaristía el primer domingo de cada mes de septiembre, además de bodas, bautizos y comuniones.

El último suceso ocurrido en la comarca relacionado con el robo de iglesias fue el que tuvo lugar en la parroquia de San Esteban de Sandiás, durante la madrugada del pasado domingo. Los ladrones accedieron al interior del espacio y, tras revolver la sacristía, se llevaron unos 200 euros. El parroco, Manuel Fernández, cifró en otros 110 euros los daños a la puerta.

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