El submundo de la marginalidad y la esclavitud sexual no está a miles de kilómetros de Ourense, a la misma vuelta de la esquina, explica uno de los voluntarios de la ONG ourensana Érguete Muller, el abogado Manuel Conde.
La organización se constituyó a principios de este año en la ciudad para ayudar a rehacer la vida de las mujeres engañadas por mafias de trata de personas, que las traen a Ourense con la promesa de darles trabajo y, una vez aquí, las obligan a ejercer la prostitución bajo distintas amenazas. El trabajo es duro, dicen, pero 'tratamos de no pensar en eso y seguir adelante', explican desde el anonimato.
Desde su constitución oficial, dicen haber 'rescatado' a unas 30 mujeres, en su mayoría de nacionalidades brasileña y colombiana. Cada caso es diferente, explica Conde: 'Desde las que tienen hijos a su cargo, hasta las que acuden a nosotros en situaciones extremas, como bulimia o anorexia'. Sin embargo, el denominador común es la 'desconfianza' previa porque no entienden que alguien las pueda ayudar desinteresadamente sin pedir nada a cambio, sobre todo, si se trata de un hombre. Para reconducir estas duras situaciones, Érguete Muller cuenta con psicólogos y educadores voluntarios, además de pisos secretos para ofrecer cobijo.
La máxima es 'transmitir buenas sensaciones y optimismo' demostrando a las víctimas de la trata de personas que todavía pueden recuperar su dignidad. En ocasiones, 'el simple hecho de escucharlas y tratarlas como personas es de gran ayuda', indican desde la ONG. Asimismo, facilitar el contacto de Érguete Muller a las víctimas, cuya información se puede encontrar en www.erguetemuller.org, 'ya es un grano de arena para, entre todos, contribuir a erradicar esta situación' en nuestra ciudad.
Desde su constitución oficial, dicen haber 'rescatado' a unas 30 mujeres, en su mayoría de nacionalidades brasileña y colombiana. Cada caso es diferente, explica Conde: 'Desde las que tienen hijos a su cargo, hasta las que acuden a nosotros en situaciones extremas, como bulimia o anorexia'. Sin embargo, el denominador común es la 'desconfianza' previa porque no entienden que alguien las pueda ayudar desinteresadamente sin pedir nada a cambio, sobre todo, si se trata de un hombre. Para reconducir estas duras situaciones, Érguete Muller cuenta con psicólogos y educadores voluntarios, además de pisos secretos para ofrecer cobijo.
La máxima es 'transmitir buenas sensaciones y optimismo' demostrando a las víctimas de la trata de personas que todavía pueden recuperar su dignidad. En ocasiones, 'el simple hecho de escucharlas y tratarlas como personas es de gran ayuda', indican desde la ONG. Asimismo, facilitar el contacto de Érguete Muller a las víctimas, cuya información se puede encontrar en www.erguetemuller.org, 'ya es un grano de arena para, entre todos, contribuir a erradicar esta situación' en nuestra ciudad.
