El peligro de que las llamas entrasen al Xurés desde Portugal motivó a la Xunta a iniciar el protocolo de colaboración

La orografía complicó la extinción del incendio en Castro de Beiro

Territorio calcinado en la bajada de O Carril, en el vecino Parque Nacional Peneda-Gêres. (Foto: Lr)
Ourense amaneció ayer abrigada por un manto de humo, fruto del incendio de Castro de Beiro. El viento que sopló de madrugada no sólo empujó el humo a la ciudad, sino que además avivó un fuego que se había creído controlado a última hora del martes. No fue hasta el mediodía de ayer cuando la Consellería de Medio Rural consideró bajo control las llamas, no sin que antes hubiesen calcinado al menos 45 hectáreas, de las que 12 fueron de superficie arbolada.
En las labores de extinción trabajan dos técnicos, cinco agentes forestales, 32 brigadas -entre cinco y siete personas-, 14 motobombas, 15 helicópteros, siete aviones y un puesto de mando avanzado. Fuentes de los servicios que participaron en la extinción señalaron las dificultades orográficas a las que hubo de hacerse frente, dado el terreno escarpado e inaccesible por el que avanzó uno de los frentes del incendio. Ello obligará que durante los próximos días se deba extremar la vigilancia para evitar que el fuego renazca.

El Parque Natural do Xurés volvió a estar en el ojo del huracán tras constatarse, en la madrugada del miércoles, que las llamas que estos días asuelan el Parque nacional luso estaban a punto de atravesar la frontera por O Cabril. Tanto es así que, a las 14.15 horas, la Xunta solicitó -de palabra- activar el protocolo de colaboración transfronteiza para patrullas. Una actuación que no se llegó a materializar a tenor de la evolución de las llamas. Los que sí estuvieron en la zona (llevan desde el domingo) fueron dos aviones estatales.

Finalmente, a media tarde, los medios de extinción lusa conseguían controlar las llamas en la bajada de O Cabril. 'La situación que viven nuestros vecinos lusos es complicada y, después del incendio en Río Caldo, es normal que estemos preocupados', señaló el regidor, José Lamela.

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