FIN DE AÑO 2020

Los otros damnificados del covid en Ourense

Hosteleros ourensanos, concentrados en la Plaza Mayor de la ciudad el pasado 8 de octubre (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Hosteleros ourensanos, concentrados en la Plaza Mayor de la ciudad el pasado 8 de octubre (ÓSCAR PINAL).
Hostelería y comercio local han sufrido las consecuencias de las sucesivas restricciones derivadas de la pandemia

Las consecuencias de la pandemia no son solo sanitarias. El país se paralizó en marzo, y con él, sectores como la hostelería o el comercio local. Si bien es cierto que las administraciones han puesto en marcha diversas ayudas –desde los Expendientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a las prestaciones por cierre de locales–, numerosos negocios se han visto obligados a bajar la persiana para siempre y, muchos terminan este 2020 con demasiadas pérdidas.

La hostelería

El 13 de marzo, la crisis sanitaria cerró los locales de hostelería sin fecha de reapertura. No fue hasta el 11 de mayo cuando pudieron volver a la actividad, aunque solo en terraza, y el 25 de mayo, en el interior. Los hosteleros tuvieron que adaptar sus negocios a la situación sanitaria: menos aforo, mayor distancia entre mesas, menús en formato digital, limpieza entre cliente y cliente... "Temos moitas ganas de abrir e de ver a resposta da xente", decían Araceli Méndez y Antonio Pérez, dueños del Café Gijón Barbaña de la ciudad, días antes de la reapertura. 

La clientela volvió con ganas, a pesar de los numerosos cambios. La llegada del verano ayudó, pese a la caída en las cifras de turistas en la provincia. En septiembre, la "nueva normalidad" parecía ya afianzada en los negocios, y entonces arrancó la segunda ola. Las restricciones de la Xunta empezaron en los negocios de O Couto, que solo podían atender en terraza, para luego ampliarse al resto de la ciudad, Barbadás, Xinzo o Verín, entre otros. Los negocios sin espacio exterior cerraron, otra vez sin saber cuándo podrían volver a abrir. El 8 de octubre, la hostelería de la ciudad se manifestaba en la Plaza Mayor para exigir ayudas a las instituciones, como la condonación de impuestos para sobrellevar la situación. A finales de mes, la Xunta anunció líneas de ayuda, pero volvió a endurecer las restricciones: la hostelería tuvo que cerrar en diez municipios de la provincia durante el mes de noviembre. La Asociación de Hostalaría e Restauración Ourensá (Ahrou) y Véxote nos Viños convocaron concentraciones de forma diaria, para reiterar la necesidad de soluciones, que todavía esperan hoy del gobierno de la ciudad. 

El comercio

Las compras a través de internet ganan fuerza en la provincia. El confinamiento multiplicó este tipo de ventas, y el comercio local se las ingenia para buscarse un hueco en el mundo online. Numerosos negocios han apostado por actualizar sus páginas web y perfiles en redes sociales para llegar a los clientes, mientras continúan con la tienda física. Antía Iglesias, de Umbela, en el barrio pontino de la ciudad, es una de las que no ha dudado en ponerse manos a la obra con la versión online, que sacó a la luz hace meses con "muchísima ilusión". 

La Navidad, estos días, da una tregua al sector, que continúa con dificultades desde el cierre obligatorio de tres meses.

Te puede interesar