Andrea Blanco Iglesias, de 21 años, se recupera del coronavirus en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. Es la más joven de los seis hospitalizados en planta del área sanitaria, una cifra que se mantiene estable y con la Unidad de Cuidados Intensivos vacía. “Me encuentro muy bien, respiro mucho mejor, no tengo fiebre, no me duele la cabeza…”, cuenta al otro lado del teléfono esta ourensana, que, si evoluciona favorablemente, espera para este lunes el alta hospitalaria mientras tira de videollamadas con amigos y series en la tablet.
“¿Un mensaje a los jóvenes? Aunque esté en esta situación, no puedo ser hipócrita y decir a la gente de mi edad que no salga ni se relacione. Pero hay que tener muchísimo cuidado y no pensar que esto es una broma”, dice sobre los contagios asociados a botellones. “Yo no me arrepiento de nada porque no he participado en ese tipo de prácticas, no sé cómo me contagié porque nadie de mi entorno tenía el virus. Quizás tomando algo, en la calle, en el supermercado… No lo sé. Ahora intento concienciar a mis amigos. Les digo: Joder, salid, pero con cuidado”.
Empezó con síntomas leves
Esta joven ourensana ingresó el pasado martes por la noche en el CHUO, después de varios días en cuarentena en casa al conocer su resultado positivo en una PCR y con síntomas leves. “Simplemente me dolía la cabeza y tenía un poco de fiebre. Empecé la cuarentena en casa normal pero a los tres días de que me ingresaran comenzó la sensación de falta de aire. Caminar por casa o secarme el pelo me costaba. No podía estornudar. Al hacerme una placa vieron que tenía neumonía y me ingresaron”, cuenta su experiencia.
Ya ha pasado casi una semana desde que está en el hospital y evoluciona bien. “El lunes creo que me iré a casa. Lo que quiero es ver a mi familia. Aquí vienes sola, no puede entrar nadie contigo y eso al principio me angustió”, explica.
Desde la distancia -hace once días que comenzó con los síntomas leves- sólo tiene palabras de agradecimiento para el equipo de sanitarios que la atiende en el CHUO: “Son todos súper agradables, el trato es excepcional. A lo mejor como me ven más joven y quizás no están tan acostumbrados pues también influye. Me tratan genial”.
Al salir de esta, dice Andrea, “sin forzar”, comenzará a retomar su vida social. “Pero hay que tener muchísimo cuidado -reflexiona la joven- y no pensar que esto es una broma y vas a estar diez días en tu casa y ya está. No siempre es así. Puedes acabar en un hospital como estoy yo, pero también en una UCI. Hay que pasárselo bien, pero con cuidado. Siempre podemos tener un poco más de conciencia”.
