Jaime A. Pavón Freire, Neumólogo, consultor externo en la clínica Casiano: “Los efectos crónicos persisten"
Desde el punto de vista médico, en los diez años desde la ley antitabaco se ha podido ver un avance, pero no el final del camino. “Sí hemos notado que desde 2011 a ahora la gente fuma menos, pero los efectos crónicos de haber fumado se mantienen”, destaca el doctor Jaime A. Pavón Freire, que pasa consulta en la clínica Casiano. El neumólogo detalla que las personas que tenían hábito de fumar, aunque lo hayan dejado, todavía presentan dolencias a largo plazo, “tanto en lo referente al sistema respiratorio como a los cánceres que puede provocar, que no son solo en los pulmones, sino también en los aparatos digestivo o genitourinario”.
Para el doctor Pavón, es necesario persistir en la lucha, “hasta la supresión total del tabaco”. Destaca que “cada vez” se notará más la mejora de la salud en los fumadores pasivos, y critica que se ofrezca el vapeo como una alternativa sana. “Según los expertos -insiste-, los vaporizadores y cigarrillos electrónicos resultan una práctica igualmente dañina, tanto como el tabaco tradicional”.
José Luis Gómez, gerente del Café Latino: “También éramos fumadores pasivos"
En la hostelería, los diez años sin tabaco se han vivido como un conjunto de luces y sombras. La parte que menos gusta, claro, es la disminución de ventas. “Aún entra gente a comprar el tabaco a la máquina, pero menos que antes… igual la mitad”, destaca José Luis Gómez, gerente del Café Latino. En este histórico local del Casco Vello recuerdan cuando guardaban una cajita climatizada con puros para los clientes que querían disfrutar de un habano con su café.
“Es lo que hay, nos tuvimos que adaptar”, comenta Gómez, quien destaca los beneficios que la falta de humo les ha aportado en esta década. “Aquí no teníamos los problemas de humo de otros locales, pero sí se ha notado que la atmósfera del Latino es más saludable”, recuerda el hostelero. Añade, además, una apreciación sobre la salud de los propios trabajadores. “El tabaco también nos perjudicaba, éramos como fumadores pasivos, aunque no protestáramos por ello”, destaca, y celebra que la medida fue “beneficiosa” para la salud de todos.
Sara Fernández, estanco en la rúa Concordia: “Antes aquí se vendía tabaco a barrer"
Este mes, Sara Fernández cumple diez años al frente del estanco en la rúa da Concordia, los mismos que median entre hoy y la entrada en vigor de la entonces nueva ley antitabaco.
Fernández echa la vista atrás y da cuenta de un cambio abismal. “Aquí había muchísimo movimiento, recuerdo que incluso antes de gestionar yo el negocio venía a comprar, y veía que se vendía tabaco a barrer… pero todo cambió, la gente fuma mucho menos que en 2011", asegura, y echa cuentas: "Te diría que un 40% menos”.
Con todo, Fernández sigue en el mismo negocio que hace una década, y descarta la opción de reinventarse o diversificar el negocio: “Esto es un local pequeñito, ¡no tengo espacio para poner figuritas!”, dice. Además de la pandemia, que volvió a azotar las cifras de ventas, asegura que “la puntilla” a su situación fue la peatonalización de la calle. “Le llaman humanización, pero no, ahora Concordia es una rúa que está muerta”, lamenta.
Felipe Balboa, el exfumador: “Témolo totalmente superado"
Felipe Balboa todavía recuerda los tiempos en que se fumaba en los colegios y en las salas de espera de los hospitales. “Hoxe isto xa é impensable, témolo totalmente superado”, asegura. Balboa era uno de los que fumaba, pero hoy comenta con tranquilidad que lleva siete años sin cigarrillos, “e sen problema”. “Deixei de fumar un pouco por isto, pola redución dos espazos”, añade, y percibe que hoy la gente fuma menos. “Non teño datos, claro, pero o que vexo é que hai menos fumadores, e creo que, en termos xerais, é algo beneficioso para a cidadanía”, destaca Balboa, que comparte un café libre de humo con un par de amigos.
Junto a él, Camilo Isaac pide turno de palabra y trae a colación un tema muy actual: los fumadores en las terrazas sin mascarilla. “Se din que o covid contáxiase polos aerosois, pensó que debería haber máis control”, señala. Según critica Isaac, “non pode ser que haxas de pasar por beirarrúas estreitas ou á beira das terrazas xunto a eles, que están a fumar e sen protección”.
