"Ourense, la más despoblada y hermosa", así fue el discurso de Adolfo Domínguez

photo_camera Adolfo Domínguez en un momento del discurso (Miguel Ángel).
El diseñador ourensano, referente en el mundo de la moda a nivel nacional e internacional, dio un emotivo discurso al recoger el galardón

Adolfo Domínguez ha recibido este viernes el Premio Ourensanía 2023. Arropado por autoridades y familiares y amigos, el exitoso diseñador y creador de la marca homónima dio un emotivo discurso antes de recoger el galardón.

Infancia

Uno de los temas centrales en su intervención fue su infancia. Recuperamos un fragmento:

"Nací en los altos de Trives en años en los que íbamos a la escuela con una lata grande de sardinas sujeta por un asa de alambre. La abuelita la había llenado de brasas y poníamos los pies encima para calentarlos. ¡Nevaba tanto! Pero había una luz deslumbrante. Además el verano llegaba siempre. Y los domingos levábannos o pozo do Caneiro no Bibey”.

Ourense, la provincia "la más despoblada y hermosa"

Domínguez también hizo mención al paisaje de la provincia de Ourense, a la que se refiere como "la más despoblada y hermosa". Sobre ella dijo lo siguiente: 

Me gusta el paisaje y la bruma que nos rodea donde hay más bichos que gente,  sobre todo en la parte oriental de la Provincia la más despoblada y hermosa. Como hermoso, el pueblo de mi padre, Cernado, antes de la Cabeza Grande, como los de allí llamamos a Manzaneda. Y la catedral de Ourense me gusta bastante más que la de Santiago, de largo. No sé cómo con tantos estilos, capa tras capa, siglo tras siglo, un arquitecto  tras otro, el resultado es tan hermoso.  Y el Liceo, un palacio renacentista del siglo XVI, no sé si hay muchos.  Y el Casco Histórico, incluso el ensanche de principios del siglo pasado.”

"¿Por qué no hacemos de Ourense una ciudad de las flores?"

Por último, Adolfo Domínguez también hizo alguna propuesta para la ciudad:

“La naturaleza lo arregla todo. ¿Por qué no hacemos de Orense una ciudad de las flores? Cuidar plantitas en los balcones estaba en nuestra tradición. Mi madre, mi abuela lo hacían, los niños nos turnábamos para regarlas cada noche, a veces protestando. Y desbordaban sobre la terraza. Y el Dr Ascarza, médico y consejero, las cultiva también, cual botánico, en su casa de Ramirás. Y muchas mujeres. Esa es la semilla, ya brotó hace mucho, y quiere crecer. Hay que persuadir a los vecinos que se sumen".

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