Galicia ha dado hoy un paso más hacia la tan comentada "nueva normalidad". Un avance que tiene a la hostelería como foco principal. La ampliación de horarios que llega desde este sábado 8 de mayo supone un balón de oxígeno para un sector muy castigado. Y también para la interacción social de los ciudadanos, que podrán rebajar la famoso fatiga pandémica. El jueves fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el que avanzó las principales medidas. El viernes fue el DOG el que las detalló y hoy los hosteleros y los vecinos los que las pusieron en práctica.
Sin toque de queda, bares abiertos hasta las 23:00 horas y restaurantes hasta la 01:00, las reservas (necesarias para cenar) no se hicieron esperar. Un "boom" que se notó en los establecimientos de Ourense, donde no pararon de sonar los teléfonos en una noche en la que la ilusión se impuso a la preocupación. En los dos lados de la barra y de la mesa, queda claro qué se puede hacer y qué no.
Medidores de CO2, registro y cita previa son los requisitos que tienen que cumplir los restaurantes para subirse a este tren de la desescalada.
Y esta noche de apertura, la provincia llega al final del estado de alarma con una de las incidencias más bajas de toda España. Ourense no supera los 80 casos por cada 100.000 habitantes, una tasa solo por encima de la de Alicante, Castellón, Valencia, Albacete, Lugo, Murcia y las islas, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
Sanidade indicó que en el área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco se registró un descenso de los casos activos (257) con quince menos que este viernes (272). También baja el número de hospitalizados por covid (18), uno menos que en la jornada anterior.
