Ourense, mucho pulpo, pocas termas

Vienen desde puntos tan diferentes y distantes como Madrid o Estados Unidos para disfrutar de la ciudad y de la provincia y, de paso, vivir un 25 de julio totalmente distinto al programado en Santiago de Compostela por el Día de Galicia o al típico sol y playa de la costa. Juani Barahona y Mario Silva son un matrimonio madrileño que aprovecha su estancia en la Ribeira Sacra para visitar la ciudad. Suben desde las Burgas a la Plaza Mayor y tienen la cara radiante: “Venimos de tomar unos vinos y unas cañas, ahora iremos a disfrutar de la maravillosa gastronomía gallega”, explica Mario. “Nos está gustando mucho Ourense, la verdad es que me ha sorprendido, no lo esperaba así”, dice Juani. Se van directos hacia Vinos y el pulpo les espera en la mesa. Gelena Nikiforova es rusa y está afincada en Ourense. Pasea por Lamas Carvajal de la mano de Darío Lázaro, su pareja, que viene a visitarla desde Madrid. “Ya me marcho hoy, la idea es disfrutar de la tranquilidad de estas calles”, dice Darío mientras mira a Gelena, que ejerce de anfitriona. Por la plaza de Santa Eufemia también se escuchan maletas: son Jessica y Elan, que vienen de Estados Unidos a pasar únicamente el día de hoy. Su plan: visita a las termas y a la Catedral. Al otro lado, en la Rúa das Tendas, un grupo de tres amigos caminan hacia la catedral echándose unas risas. Manuel Llavero hace de portavoz: “Vamos a celebrar el 25 de julio comiendo y disfrutando el día”. Aclara que es del barrio da Ponte y, por lo tanto, se acercarán a ver los fuegos “de las mejores fiestas”. Su compañero, Xenxo Romero, se apresura a corregirle: “Por detrás de las del Couto”. Reclaman ampliar horario y vigilancia en la escasa oferta termal operativa El festivo repitió en Ourense la estampa de las termas públicas abarrotadas: eso sí, en las fotos contrasta la gran afluencia de visitantes y ourensanos con la gran parte de pozas inoperativas. Así, igual que ocurrió en Semana Santa y en los últimos periodos festivos, el 40% de la oferta termal pública de la ciudad está cerrada. En Burga do Canedo, ayer solo funcionaban dos de sus cuatro vasos. Muy cerca, en las de Outariz -estas dos forman un conjunto termal- el panorama es peor: no está abierta ninguna de las cuatro pozas. Sí están operativas las cinco piscinas naturales de Muíño da Veiga y la zona termal de A Chavasqueira. Con todo, esta oferta es apenas el 60% de la que tiene Ourense. Además, hay que añadir la situación de la piscina termal de As Burgas: el pasado mes de junio comenzaban las obras de adecuación, que no se prevé que finalicen hasta inicios de 2024. El espacio está cerrado desde que estalló la pandemia, en marzo de 2020. Amigos das Termas, el colectivo en defensa de las termas públicas, urge la apertura del 100% de la oferta termal. Insisten en ampliar el horario: “Llevamos tiempo pidiendo que las amplíen hasta las 22,00 horas, pues en las privadas el Concello aprobó tenerlas abiertas hasta las 23,30 horas por la semana y hasta las 02,00 los fines de semana”. Desde esta plataforma también piden mayor vigilancia: “En Muíño hay un vigilante para cinco vasos y en la Burga do Canedo hay uno para dos vasos”.