El Plan de Ordenación de Áreas Empresariais cuantifica en 497.000 metros cuadrados el terreno necesario en la provincia a mediados de la próxima década, de más de 25,9 millones en Galicia

Ourense registrará sólo el 2% de la demanda de suelo industrial en 2024

Única nave construida hasta ahora en la Central do Transporte, contigua al Polígono San Cibrao. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Ourense presentará en 2024 unas necesidades de suelo industrial de 497.098 metros cuadrados netos (entre terreno urbanizado y en reserva), de un total de casi 25,9 millones que serán necesarios en Galicia.
Esto supone que en la provincia sólo se demandará un 2% del suelo industrial gallego. Así lo prevé el Plan Sectorial de Ordenación de Áreas Empresariais da Comunidade Autónoma, que desde ayer y durante un plazo de dos meses mantiene en exposición al público por parte de la Xunta. Las previsiones fueron realizadas en función de la demanda de los últimos años y la estimada, así como los estudios demográficos y socioeconómicos de las áreas indicadas. Su objetivo es atender la necesidad de nuevas instalaciones en función del asentamiento de población, así como reubicar industrias ya existentes pero emplazadas en ubicaciones inadecuadas.

Ourense será, de este modo, la provincia gallega donde se demande menos suelo industrial, pero tampoco Lugo registrará una demanda muy alta. En esta provincia se requerirán sólo 772.741 metros cuadrados netos, que representará sólo el 3% de Galicia.

Por el contrario, Pontevedra y A Coruña registrarán la mayor necesidad de terreno empresarial en Galicia. Así, el estudio prevé una demanda de 10,6 millones de metros cuadrados netos de suelo industrial en la provincia pontevedresa (de los que casi ocho millones serán necesarios en la zona de Vigo), lo que representará el 41% del total necesario en Galicia. Mientras, el 54% restante se corresponde con los requerimentos de suelo en A Coruña, que el informe cifra en 13,9 millones de metros cuadrados netos (7,7 millones en la zona de Santiago y seis millones en A Coruña).


DISTRIBUCIÓN

De los 497.098 metros cuadrados de suelo para instalaciones empresariales que se necesitarán en Ourense a mediados de la próxima década, 369.810 se corresponderán con suelo ya urbanizado (para lo que el proceso administrativo debe iniciarse cuatro años antes) y otros 127.000 a terreno en reserva (con la finalidad de atender la demanda de los cuatro años siguientes), según la previsión realizada por la Xunta.

Además, de modo paralelo al desarrollo demográfico previsto en la provincia (que contempla que la población ourensana se concentrará cada vez más en la ciudad a lo largo de los próximos años), la mayor parte del terreno empresarial deberá estar en el entorno de Ourense, ya que esta zona registrará el 80% de la demanda provincia. Otro 16% se requerirá en el entorno de Verín y sólo un 16% en el área de O Barco.


'VISIÓN DE FUTURO'

El plan de suelo empresarial fue presentado ayer en Santiago por el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, quien señaló que a través de este estudio se pretende favorecer la acogida de iniciativas empresariales con una 'visión de futuro'. Según aseguró, este documento responde a la necesidad de ordenar y analizar la capacidad de los territorios y garantizar que no haya problemas con la ubicación de las áreas empresariales, como ocurría hasta ahora debido a la deficiente planificación.

En este sentido, Hernández indicó que el suelo necesario en Galicia superará los 25 millones de metros cuadrados netos, si bien la previsión dependerá de la evolución de la situación económica. En concreto, 'en el peor de los casos', la demanda se limitaría a 17 millones de metros cuadrados, según indicó el titular de Territorio e Infraestructuras, mientras que la previsión más optimista indica que podría llegar a 32 millones.

El conselleiro recordó que, dentro de los objetivos que estipula el plan, se plantea la compatibilización del desarrollo del suelo empresarial con la defensa del medioambiente, los paisajes y el patrimonio cultural, mediante la evaluación de las actuaciones previstas y el análisis de la capacidad de acogida en los territorios. Para ello, se analizarán los terrenos que correspondan a las áreas protegidas y forestales, a las de patrimonio cultural, como por las que pasa el Camino de Santiago, además de factores socioeconómicos, físicos y ambientales, como las zonas propensas a incendios.

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