Ocupa un céntrico rincón de la villa, estéticamente preciosa, pero por su tamaño no tardó en necesitar relevo como parroquia. Fue la Veracruz la que vino a sustituir este templo en las funciones parroquiales, haciendo realidad el sueño de don Evaristo.
Mi duda es: no he conseguido saber si el antiguo templo parroquial que aparece en la imagen sigue estando bajo la advocación de San Cibrán o este honor también se ha trasladado a la iglesia nueva...
Su torre estilizada sigue siendo una de las más hermosas de la provincia, la pena es que las construcciones que la rodean no permiten tener la vista diáfana que en tiempos de la postal ofrecía. La bella villa del Arenteiro, siguiendo el ejemplo de la capital, también ha permitido el baile de mobiliario urbano (como le llaman algunos; joyas, como a mí me gusta llamarles). En este caso, el bello cruceiro que vigilaba la entrada al templo fue trasladado a la Eira das Flores.
