Fotografía de autor desconocido perteneciente a la primera serie aérea encargada por la editorial La Región en el año 1958.
Esta es probablemente la postal de esta serie que más cambios nos permite descubrir. Avanzaban a buen ritmo las obras de apertura de la diagonal (Juan XXIII). Las pistas del club de tenis seguían reuniendo a los deportistas de la ciudad, pero aún era fácil comprobar que esa zona había sido en su día edificada para dar vivienda a los trabajadores que de forma temporal venían a la ciudad para hacer vendimias y demás labores del campo.
Todo estaba también preparado para comenzar las obras de la futura torre de la ciudad, y de momento el solar se veía vacío, la panadería Cívico Militar y sus instalaciones habían desaparecido ya. Aproximadamente donde estaba la tienda de Rosa Clará, en aquellos momentos se procedía a ampliar el chalet de la familia Gil Torres para mejorar las instalaciones de la Jefatura Provincial del Movimiento.
En la avenida de La Habana aún quedaban solares sin construir al igual que en Cardenal Quevedo. Pero, sin duda, el más “apetitoso” era la esquina de Bedoya con el Parque (donde hoy está Gaimola), que albergaba un pequeño edificio de una sola altura. Un poco más arriba se ve el nacimiento de la calle Valle Inclán, fruto de la construcción del colegio de los Maristas, y, si os fijáis, en la zona de cuatro caminos eran todo fincas donde -aunque yo jamás lo hice- sé que muchos golfos iban a robar fruta.
