La Central Heladera adquirió un desfibrilador que cuenta con un sistema pediátrico, vital para poder salvar la vida de un niño. Los desfibriladores para niños son un elemento fundamental para atender una parada cardíaca y muerte súbita. Por muy extraño que pueda parecer, los menores también se exponen a estos riesgos a lo largo de su infancia.
La heladería colabora con la también empresa ourensana “Esc Cardioprotección”, que desarrolló un modelo de trabajo diferenciado, en el que ofrecen un servicio integral de protección cardíaca, con la instalación de equipos de la más alta tecnología y la formación con profesionales de la salud.
“Nosotros pusimos el desfibrilador porque la mayor parte de nuestra clientela son los niños, entonces queríamos tener algo por si algún día ocurre cualquier desgracia con un niño, poder subsanarla”, afirmó María Caldelas, gerente de La Central Heladera.
Este aparato brindará una importante cobertura asistencial, ya que si bien otros establecimientos del centro ourensano cuentan con equipamiento similar, la heladería tiene unos horarios más amplios.
Formación del personal
“Ojalá no lo tengamos que utilizar nunca, pero si le pasa a alguien algo a las diez de la noche y no hay ningún otro local abierto en la zona, entonces ya está el nuestro a disposición de toda la ciudadanía”, agrega Caldelas.
Todo el personal del establecimiento recibió la formación necesaria para poder usar el equipo con todas las garantías, tanto los que están de cara al público como los que se encuentran en la fábrica.
Lo destacable de este desfibrilador es su sistema pediátrico, que da descargas de menor intensidad para que puedan resistirlas los más jóvenes. “Esto lo que lleva es un tratamiento pediátrico para que pueda ser usado por menores de 10 años. Si un bebé de tres meses, que está con los padres comprando un helado, tiene un paro cardíaco, podemos ganar tiempo hasta que lleguen los servicios”, agregó.
