REPORTAJE

Ourense vigila la velocidad gallega

photo_camera Radar fijo situado en la N-525, a la altura del Polígono Barreiros, en el Concello de San Cibrao das Viñas.

El Laboratorio Oficial de Metroloxía de Galicia realiza, entre sus cometidos, la verificación del correcto funcionamiento de los radares de carretera, que son sometidos periódicamente a un exhaustivo control.

El Laboratorio Oficial de Metroloxía de Galicia está desde este pasado miércoles a disposición de la Universidade de Vigo para que sus alumnos puedan realizar prácticas profesionales en sus instalaciones. Se trata de un organismo que desarrolla diversos cometidos, entre ellos la ejecución de las competencias del Control Metrológico del Estado.

Según explica el director del Laboratorio, Alfonso Mondaray, este control afecta a "los instrumentos que tienen que tienen que ver con las transacciones comerciales y la seguridad de las personas", entre los que se encuentran, para este último caso, los cinemómetros –o radares– y los etilómetros que emplea la Dirección General de Tráfico. El control y evaluación del funcionamiento de estos dispositivos es competencia de las Comunidades Autónomas, y este Laboratorio el encargado de realizar sus pertinentes verificaciones técnicas periódicas.

El trabajo de este organismo autonómico sigue las directrices establecidas por el Ministerio de Industria y consiste en "verificar que cada instrumento se encuentra dentro de los errores máximos permitidos que indican esas órdenes", detalla Mondaray. En el caso de que sea necesaria una reparación, el Laboratorio tiene la obligación de registrar en el historial individual de cada aparato este trabajo, "ya que éste es un factor que podría ser decisivo en un juicio". Una vez reparado, el dispositivo debe volver a someterse a las verificaciones pertinentes antes de su vuelta a la operatividad.

Alfonso Mondaray explica que, por regla general, los cinemómetros presentes en nuestras carreteras "se averían poco". El sistema de medida de estos radares se basa en la llamada frecuencia doble, lo que permite medir con una gran precisión esta magnitud.

El trabajo del Laboratorio de Metroloxía abarca los radares fijos, móviles, en cabina y de tramo. "Cubrimos todos los tipos de cinemómetro. Los únicos que no hemos hecho, aunque técnicamente podríamos controlarlos, son los helicópteros Pegasus", explica el director del organismo, dado que la DGT no tiene ninguno con base en Galicia. Mondaray estima que el Laboratorio trabaja con "cerca de cien" dispositivos a lo largo de un año. Los controles a los que son sometidos los aparatos evalúan la frecuencia, la radiación –que asegura que realmente se apunta al vehículo infractor–, la velocidad y una prueba en tráfico real.

Sobre la sensibilidad de un radar, Alfonso Mondaray explica que la DGT establece que las infracciones por exceso de velocidad son detectadas "cuando se supera un 7% del máximo permitido cuando éste es inferior a 100 km/h, y 7 km/h a partir de los cien", medidas que se corresponden con el error máximo permitido que marca la ley; por tanto, en el caso de una autovía, sería sancionable una velocidad igual o superior a 128 km/h. En función del exceso de velocidad conforme a ese máximo permitido, la multa varía.

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