'Si no pago el alquiler mañana, echan del piso a mi familia'.
Es uno de los muchos testimonios, antes poco habituales y ahora frecuentes, que llegan a las parroquias de Ourense. 'Vienen con el recibo en la mano pidiendo ayuda', explica Celso Rodríguez, copárroco en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima. Facturas de luz, agua, gas, junto con peticiones de ropa y comida completan la lista de las necesidades más demandadas entre quienes sufren los bandazos de la crisis. Sólo esta parroquia atiende cerca de unas 800 personas. De ellas, un número que supera el centenar -unas 40 familias-, acuden todos los lunes en busca de alimentos. 'La mayoría, con todos los miembros en el paro -había 28.009 parados en febrero en Ourense-, llegan llorando', explican desde Cáritas Parroquial de Fátima. 'Llevo 22 años trabajando en esto y nunca vi un drama igual', añade su presidenta, Elvira López. 'Hace poco pagamos el alquiler, en su totalidad, -unos 400 euros-, a una madre joven con dos niños que dejó de percibir una prestación', asegura López.
El perfil de la persona que reclama ayuda también ha cambiado. 'Mucha gente que vivía con normalidad ha caído en la precariedad', explica Celso Rodríguez, por ello, paradójicamente, 'los que antes ayudaban, precisan asistencia ahora', apunta. Para hacer frente a este aumento de la demanda de beneficencia, la parroquia ha incrementado en unos 7.000 euros la cantidad que destina al año a estos actos benéficos -más de 25.000 euros-. Todo ello, sin contar con las aportaciones del Banco de Alimentos y de la 'Operación Kilo' que realizan, en la ciudad, asociaciones como Amencer. La misma dinámica la viven en Santa Eufemia, en el centro. 'Pasamos de atender 62 personas a 135, por ello, duplicamos los recursos para su atención', explica su párroco. Realizaron 842 actuaciones da caridad y pagaron facturas por valor de 4.023 euros'.
También la parroquia de Santiago de Las Caldas ha incrementado su presupuesto para ayuda social en unos 3.000 euros. 'Prestamos asistencia a unas 116 familias (unas 300 personas). Vienen a recoger ropa los martes', señala su párroco, Francisco Pernas. Mirando al futuro, explica, además, que con unos recursos limitados, la situación no parece halagüeña si 'el número de necesitados aumenta'. Por último, asegura que 'muchas personas que tenían una trayectoria de vida, ya no la tienen por el difícil contexto actual'.
El perfil de la persona que reclama ayuda también ha cambiado. 'Mucha gente que vivía con normalidad ha caído en la precariedad', explica Celso Rodríguez, por ello, paradójicamente, 'los que antes ayudaban, precisan asistencia ahora', apunta. Para hacer frente a este aumento de la demanda de beneficencia, la parroquia ha incrementado en unos 7.000 euros la cantidad que destina al año a estos actos benéficos -más de 25.000 euros-. Todo ello, sin contar con las aportaciones del Banco de Alimentos y de la 'Operación Kilo' que realizan, en la ciudad, asociaciones como Amencer. La misma dinámica la viven en Santa Eufemia, en el centro. 'Pasamos de atender 62 personas a 135, por ello, duplicamos los recursos para su atención', explica su párroco. Realizaron 842 actuaciones da caridad y pagaron facturas por valor de 4.023 euros'.
También la parroquia de Santiago de Las Caldas ha incrementado su presupuesto para ayuda social en unos 3.000 euros. 'Prestamos asistencia a unas 116 familias (unas 300 personas). Vienen a recoger ropa los martes', señala su párroco, Francisco Pernas. Mirando al futuro, explica, además, que con unos recursos limitados, la situación no parece halagüeña si 'el número de necesitados aumenta'. Por último, asegura que 'muchas personas que tenían una trayectoria de vida, ya no la tienen por el difícil contexto actual'.
