Los paseos fluviales de la ciudad se encuentran en un estado lamentable: la falta de mantenimiento sumada a las consecuencias de las tormentas recientes hace que la situación en las orillas de los ríos Miño y Loña no sea lo que se dice una estampa bucólica, sino más bien un paseo por un bosque lleno de obstáculos.
El paseo de O Tinteiro, a las orillas del Miño, se encuentra aún recuperando la normalidad tras las tormentas de hace más de una semana. Además de la evidente falta de limpieza y desbroce - la maleza invade los bancos situados al lado de la fuente de O Tinteiro - todavía se pueden encontrar multitud de ramas que cayeron por culpa del viento a ambos lados del camino.
Además, la propia senda necesita reparaciones. A lo largo de todo el paseo, hasta las termas de A Chavasqueira, se pueden encontrar grietas en el firme, lo que provoca que no se pueda utilizar todo el ancho de la vía en algunos tramos.
También se pueden encontrar zonas valladas por los efectos del temporal que azotó la ciudad, como la zona de acceso a las termas de A Chavasqueira que están a la orilla del río. En este lugar hay una rama que podría caer en cualquier momento. También está vallado el merendero situado al lado del aparcamiento del Tinteiro, por haber aún ramas en el suelo y otras que podrían caer en la zona de las mesas.
El Loña, el peor
De todos los paseos fluviales de la ciudad, el del Loña es, sin ninguna duda, el que peor estado presenta. Empezando por las escaleras de acceso al paseo, en la calle Pablo Iglesias, en las que la maleza ha invadido todas las terrazas a ambos lados de la escalera, e incluso los propios escalones, lo que evidencia una falta de limpieza de los márgenes de este acceso, que no invita a adentrarse en él.
Pero el acceso no es el único punto que ha invadido la maleza. Todo el paseo está plagado de ramas caídas durante el temporal, lo que, en algunos puntos, impide pasar a los viandantes que eligen este paseo para hacer deporte o relajarse dando un paseo. El firme también presenta un alto grado de deterioro y las orillas están repletas de ramas caídas por los efectos de las tormentas.
Así, al informe de la Confederación Hidrográfica del mal estado de los ríos ourensanos hay que sumar a sus paseos, que, aunque sean el lugar que muchos escogen para caminar o hacer deporte, no se encuentran en las condiciones ideales para la realización de estas actividades por el poco cuidado por parte del Concello. Además, hay que sumar que el cauce de los ríos se encuentra igualmente invadido por las ramas e incluso por otros objetos, como bolsas de plástico o incluso sillas.
