Sí, era él
Uno de los hechos más relevantes de la actualidad ourensana del año que concluye ha sido la difusión de los ya conocidos como audios de Jácome, que destapó este periódico allá por mayo. Era la primera vez que se demostraba la falta de escrúpulos de este personaje. Todo lo sospechado salió a la luz merced a las grabaciones. Manoseo del cargo de alcalde, sicofantes ávidos de no perder el olfato de los billetes, manejos en asuntos tan burdos como una multa de tráfico o tan golosos como la adjudicación de un contraro. Todo con la sacrosanta intención de “dar el palo a lo grande”. Muchos han sido los intentos de este excelentísimo señor por echar colonia encima del estiércol, pero ya se conoce el resultado. El asunto, lo saben, ha tomado el camino de los juzgados, por lo tanto pocas prisas. La Justicia tiene sus tiempos, hipertensión no sufre, la verdad. Pero, a la postre, la cuestión de las eventuales responsabilidades penales importa menos ya que, digan lo que vayan a decir sus señorías, el que habla es el que habla y el que dice lo que dice en los audios es quien lo dice. Nunca antes en Ourense se había constatado que la política puede ser tan desvergonzada. Sin esperar al resultado judicial esas actitudes deberían ser suficientes para que se fuesen para casa a trabajar, verbo no conjugando jamás por la cohorte de turiferarios que vegetan por las dependencias municipales. Pero, claro, nada de eso ha ocurrido y las elecciones de mayo dijeron lo que dijeron. Ese resultado, más que ninguna otra cuestión, es lo que también nos define como ciudad.
Nominativos
La política, también en este periclitado año, es nominativa. Desde Sánchez y Feijoo hasta Mortadelo y Filemón, por cierto huérfanos desde julio de este año. Entran y salen de la escena entre aplausos o haciendo mutis sin mirar atrás. De los nombres emergentes este año, sin duda Luis Menor, presidente de la Diputación, alcalde de Pereiro de Aguiar, fugaz senador y el San Pedro que debe portar el mandato divino: sobre ti edificaré el PP provincial. Llegó a una zona de luz con gran intensidad, inversamente proporcional a la sombra que proyectan ya apellidos ilustres. Con pedigrí regresaron Paco Rodríguez y Manuel Cabezas para reivindicarse como los alcaldes que fueron por el PSOE y el PP, respectivamente, pero los ourensanos no guardaron ausencias, decidieron ignorarles y se quedaron para hacer un cameo en un capítulo de “Cuéntame”.
Anónimos
Fue el año del anonimato social, una vez más. Quizá porque no hay nadie en los banquillos socialistas y populares recuperaron estos a los viejos capitanes para la Champions, pero no estaban ni para pachangas. Este 2023 sirvió para constatar quién hay para tomar el timón, para encabezar proyectos, para tener conciencia de representación, capacidad analítica y para aportar soluciones. Envejecemos sin remedio, este año ha sido el de la confirmación de la longevidad local y a los jóvenes les trae muy sin cuidado los juegos del salón de la política que aún practican los de nuestra generación. Quién queda, quién está o quién llega a las organizaciones empresariales, sindicales, comerciales, a los colegios profesionales, a las facultades universitarias… Quién piensa, quién hace y, sobre todo, quién habla. Sobre ese silencio, creo, crece el populismo y la mediocridad, que engordará aún más en el 2024 y siguientes.
El mestizaje
Llegan a tapar las grietas demográficas gentes de otras latitudes, preferentemente de Hispanoamérica, devolviendo la visita que los nuestros hicieron hace un siglo. Entonces el maná estaba allá, ahora parece que está acá. Por primera vez la curva censal se tuerce en Ourense después de veinte años gracias a la inmigración. Savia nueva, mestizaje y gente que viene con ganas de emprender, quizá procrear también. Sí, porque aquí ya se juntan los sexagenarios locales a hablar de perros en vez de hacerlo de nietos, como dicen por mi entorno. Aún quedan algunos que portan el cochecito o van a buscarles al cole, pero el futuro indica que estamos condenados a ayudar a los hijos a pasear al chucho y llevarle al veterinario. Total, el can ya se llama Pepe. Al nieto le pondrían Toby.
Al poner la lupa - Hay trabajo, pero no hay trabajadores
Hacia finales de septiembre un contingente de peruanos recalaba en Baños de Molgas. Era la avanzadilla de una suerte de nuevos colonos dispuestos a habitar tierras fértiles pero en manos muertas. El objetivo de la empresa que les contactó era convertir en primavera el invierno demográfico comarcal y también ofrecerles empleo como transportistas, uno de los oficios en los que urgen profesionales. Han pasado tres meses desde entonces y tocará muy pronto hacer balance. Pero, de lo que se trata ahora es de evidenciar que el 2023 ha sido un año moderadamente bueno para el empleo, pero con un inquietante círculo vicioso: hay trabajo pero no trabajadores dispuestos. Les está llevando mucho tiempo a los expertos desentrañar este enigma. Han cambiado los valores, las necesidades y las prioridades laborales, y eso no hay quien lo modifique. Deberíamos pensar todos cómo salimos de esta situación porque no creo que haya tantos peruanos dispuestos.
El portafotos
Don Vino Ourensano es un nombre compuesto, como José Manuel, y tiene tratamiento de usted, signo de respeto merecido. Posee además cuatro apellidos, como las familias de noble estirpe y abolengo: Ribeiro y Ribeira Sacra, Monterrei y Valdeorras. Este ha sido el año en el que la viticultura ourensana ha dado síntomas de vitalidad, de conquista de los mercados, de portar el zurrón de la calidad. Un sector muy atomizado, sin duda, pero con unas señas de identidad tan plurales que es imposible no rendirse a decenas de matices que hay tras las manos de cada marca. Hay cierto toque perfumista en el gremio, por lo que tiene de elegancia y admiración. Hemos conocido a lo largo del ejercicio que expira el interés que suscitan las bodegas y marcas provinciales en otras empresas del sector que se rinden a la apuesta que se hace en las cuatro denominaciones de origen. Por eso vienen a comprar aquí, porque el producto es bueno. Claro, buena parte de las bodegas ourensanas aún no tienen la potencia o el músculo financiero para dar el salto a otros lugares, pero todo se andará, supongo. En estas fiestas en las que miles de copas de alzan para brindar no estaría de más hacerlo con Don Vino Ourensano y sus cuatro apellidos. Salud!
