DETENCIÓN MARIO CONDE

Una paz alterada por los medios de comunicación

Dos agentes de la Guardia Civil custodian la entrada en la finca ourensana.
photo_camera Dos agentes de la Guardia Civil custodian la entrada en la finca ourensana.

En la finca alquilada por Mario Conde en Chaguazoso se concentraron más vehículos de los medios que efectivos motorizados envió el juez Pedraz para retirar documentación. Los vecinos, a lo suyo, y a lo de Mario, pero frente al televisor

Ayer no fue un día más en la localidad de Chaguazoso, en el Concello de A Mezquita. Una vez más, aunque en este caso por motivos bien distintos, volvió a ser foco de atención de innumerables medios de comunicación por la ya consabida detención de uno de sus vecinos más mediáticos, que en su día decidió retornar a su terruño ubicando una de sus residencias ocasionales en lo más alto del pueblo, por encima de la iglesia de Santiago y en la conocida casa de turismo rural de A Cerca.

 La mañana comenzó temprano para la Unidad de la Guardia Civil enviada por el juez Pedraz desde Madrid. A primera hora llegaban e interrumpían la plácida estancia del matrimonio de José Luis y Karen, la pareja que cuida la hacienda que desde hace años tiene alquilada Mario Conde. Hasta una media decena de vehículos accedieron a la casa, custodiada en su puerta principal por una pareja de agentes que se entretenían observando los movimientos de los enviados especiales de los medios de comunicación, sobre todo de los fotógrafos y cámaras, que buscaban alrededor del bajo pero extenso muro de piedra el mejor de los planos. Al fondo, toda la mañana sin más movimiento que el que se producía en el interior.

Poco después de la una y media, comenzaron las ligeras andanzas de los que participaban en la investigación. Uno de ellos se aproximó a uno de los vehículos para recoger una caja de cartón, necesaria para custodiar la documentación. Sobre las dos abandonaba la vivienda uno de los efectivos de la Policía Judicial que colaboraban en la investigación. Más tarde, poco antes de las tres, era uno de los encargados de la finca el que, acompañado por un miembro de la Guardia Civil, salía de la vivienda en un todo terreno. No había en el lugar más expectación que esa, la de los medios. Los vecinos seguían con su vida normal, eso sí, muy pegados al televisor. Nadie, salvo Manuel dos Reis, osaba acercarse a la finca. Dos Reis, con la excusa de visitar sus castaños "e botar tamén un ollo ao que se coce", decidió aventurarse camino arriba. Reconoció que Conde suele salir a pasear de mañana temprano, cuando visita Chaguazoso: "Non hai nin quince días que me atopei con él, aínda que non era moito de estar no pobo, e creo que tiña previsto unha comida aquí de novo o día 24", apunta. Otra vecina tendía tímidamente ropa en el predio contiguo a la casa investigada, pero renunciaba a hacer declaraciones, como la mayoría, algunos incluso justificando que "logo pondes o que vos parece", aunque, eso sí, ninguno llegó en momento alguno a formular comentario maledicente sobre el detenido.

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