Tribunales en Ourense

Pegó a su pareja por no querer tener relaciones sexuales, en Ourense

Edificio de los juzgados de Ourense. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Edificio de los juzgados de Ourense. (XESÚS FARIÑAS)
“De la cárcel se sale, pero del cementerio no” o “te voy a quemar la casa contigo dentro” fueron algunos de los desprecios del acusado a la víctima

Gonzalo V.V. fue condenado por maltratar a su pareja, quien decidió poner fin a la relación el 20 de julio de 2019, el día que la agredió porque se negó a tener relaciones sexuales con él.  “Reaccionó de forma agresiva” -asegura la sentencia- “le pegó y la empujó cuando ambos se encontraban en el domicilio que compartían”.  Pero no fue solo ese día. La juez que vio el caso llega a la conclusión de que, durante la relación que mantuvieron durante 13 años, el inculpado “la sometió  una situación de violencia física y psíquica permanente”. Hubo cabezazos, empujones, bofetones con agarrones de cuello y pelo. Pero no solo tuvieron cabida las  agresiones sino también los insultos y amenazas: “De la cárcel se sale, pero del cementerio no”, “te voy a quemar la casa contigo dentro”; “de un puñetazo te reviento el útero”; “hasta que sangres no voy a parar” o “te voy a meter un puño y reventarte”. Había control sobre ella y si la víctima no le informaba de sus actividades procedía a agredirla. La denunciante relató en el juicio que el acusado era muy celoso y le impedía salir sola.

La jueza le impuso dos años de cárcel por maltrato habitual, además de 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad por el incidente cuando se negó a tener relaciones íntimas tras llegar a casa bebido. El alejamiento por los dos delitos será de cinco años.

La mujer relató que se negó a tener relaciones sexuales porque sintió miedo. En ese contexto, le envió un mensaje a una amiga en el que le explicaba lo qué ocurría. La amiga llamó a la Policía y acudió al domicilio.

La sentencia valora que la declaración de la perjudicada presenta coherencia interna (sus manifestaciones) y externa (los mensajes que envió a su amiga en los que dice que el inculpado está borracho y pide que avise a las fuerzas de seguridad). “En dichos mensajes podemos apreciar cómo la denunciante se encuentra en estado de terror, provocado por la actitud agresiva de quien se encuentra con ella”, recoge la sentencia.

El maltrato habitual también quedó acreditado. El primer episodio fue cuando ella tenía 16 años. “El acusado se enfadó cuando ella estaba  en clase y le metió un manotazo en la pierna”, asegura la magistrada.  El primer cabezazo llegó a los 17 años.  Incluso relató una agresión cuando estaba embarazada de cinco meses.

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