Los espectadores participan en los coloquios con directores y productores al final de la proyección

Películas para ver, sentir y debatir

Un grupo de ourensanos adquiere su entrada. (Foto: Miguel Ángel)
¿Cuántas veces ha visto una película y se ha quedado con ganas de que el director le explicara el por qué de una secuencia o el motivo de ese extraño final? Bien, esas han sido inquietudes que muchos espectadores del festival han resuelto satisfactoriamente participando en los coloquios finales.
Cuando uno ha estado metido de lleno en un proceso creativo, y aún teniendo muy claro el mensaje que desea transmitir, a veces no puede dejar de sorprenderse escuchando las interpretaciones y las dudas que su trabajo plantea a los espectadores. Raras veces público y equipo de trabajo pueden participar de forma conjunta en un coloquio que permita, a los unos, resolver las dudas y curiosidades surgidas viendo la película, y a los otros, escuchar esas inquietudes y dejar claros los planteamientos que llevaron a plasmar esa idea en la pantalla.

En Ourense, los espectadores del Festival de Cine no dejaron escapar esta oportunidad única, y en aquellas sesiones que contaban con la presencia de director, productor o actores, los coloquios se prolongaron en el tiempo, algunos durante horas.

Es cierto que hay preguntas para todos los gustos. En el caso de la película chilena, ‘El brindis’, su productor respondió a cuestiones sencillas. ‘¿Cuántos habitantes tiene Valparaíso y cuántos pertenecen a la comunidad judía?’; ‘¿En qué situación se encuentra ahora mismo el cine chileno?’; ‘¿Qué presupuesto tenía la película?’ y ‘¿Cómo surgió la idea?’.

Un poco más difícil lo tuvo el director japonés Hideaki Kataoka de la película ‘Os monólogos do encrucillado’. Tras saludar con una respetuosa reverencia a las personas que abandonaban la sala de proyección y quedarse con los que mostraron interés por el coloquio, tuvo que enfrentarse a la siguiente cuestión: ‘No he entendido nada de la película. ¿Para qué sirve?’. No cabe duda de que se trata de una cuestión un tanto compleja para responder. Pero al final, el director quedó satisfecho por el aforo de la sala y el diálogo establecido.

Para el productor del largometraje ‘Outlanders’ resultó sencillo afrontar las preguntas y las dudas. Diálogo un poco más tenso, dada la actualidad del tema tratado, fue el que se produjo con los directores de la película alemana ‘Weltstadt’, que abordan la violencia juvenil. Y es que el cine no deja de ser el reflejo de la vida.


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