El peligro de la alta temperatura: de la deshidratación a los melanomas

photo_camera Continúan las altas temperaturas este martes en el que la ciudad de Ourense llegó a alcanzar los 33ºC.
La ciudad registró ayer 33,6 grados y los termómetros marcarán más de 30 hasta el sábado

Las altas temperaturas continuaron una jornada más en la provincia, que sigue influenciada por el efecto de una dorsal anticiclónica que permite la entrada de aire caliente. En la ciudad se registraron ayer 33,6 grados de máxima y en Leiro se alcanzaron casi los 34. Los termómetros ourensanos, tras batir récords nacionales el fin de semana, continuarán por encima de los 30 grados hasta el sábado. 

Con el buen tiempo se multiplica la actividad al aire libre y la protección a los rayos UVA se vuelve más necesaria. El jefe de servicio de A Carballeira, Luis Prieto, explica que no hace falta que sea verano para empezar a prevenir porque las exposiciones prolongadas al sol ya pueden ser peligrosas. 

En especial, indica que hay que tener en cuenta a las personas mayores y posibles pérdidas de líquido: “El riñón de este grupo de edad no responde igual al calor que una persona joven o de mediana edad”, explica. Indica que ocurre más en hombres que en mujeres. 

Además, el resto de grupos de edad también debe seguir algunas precauciones:  “Por ejemplo, el ejercicio intenso bajo altas temperaturas puede llevar a un shock. Presenta síntomas como sed intensa, pulso acelerado, mareos, vértigo o calambres”, indica. También los trabajadores que estén al sol durante su actividad corren riesgo de impacto de calor.  Otra dolencia común con la pérdida de líquidos son los calambres musculares.

Más allá de las patologías inmediatas por altas temperaturas, están las heridas en la piel. “Las quemaduras y la dermatitis son comunes, especialmente cuando se está dentro del agua porque hace efecto espejo”, alerta el jefe de servicio de A Carballeira. 

Este sello que deja el sol,  lejos de ser pasajero, deja huella en la piel. “Las ondas de luz ultravioleta pueden causar daños prolongados. La piel tiene memoria y las quemaduras se quedan en el interior. El sol es capaz de dividir el ADN de nuestras células hasta el punto de provocar tumores”, indica. Entre los más comunes están los melanomas: “Si desde niño la piel no se protege, las probabilidades de padecerlo son mayores”, señala el facultativo. “Si los miembros de la familia lo han tenido también se vuelve probable, al igual que algunos lunares”, indica. 

Para prepararnos a la llegada del verano recomienda hidratar -con mínimo ocho vasos de agua diarios-, exfoliar la piel de células muertas, utilizar protección solar y  llevar una alimentación correcta a base de verduras de hoja verde y pescados.

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