CRÓNICA

El periódico huele a tierra quemada

Desbocados a la autodestrucción ambiental, como una fagocitosis que nos liquida. Por si fuese poco el suicidio demográfico en el que estamos, hay que ponerle fuego al monte. Viva Nerón.

LUNES, 31
Por los siglos de los siglos. Amén

Una sociedad que consiente año tras año desde hace varias décadas que arda parte de la provincia es una sociedad enferma. Lo digo así, de buenas a primeras, eliminando circunloquios, pasando por alto argumentos que justifiquen este
diagnóstico, para dejar clara la opinión desde los primeros renglones.
El periódico del lunes olía a tierra chamuscada, a monte arrasado por las llamas. Cualedro volvió a ser la zona cero de la frustración y de la reacción visceral frente a la adversidad, esa que genera una inmediata corriente de solidaridad que no sostenemos al día siguiente. Cualedro ennegreció y representó el luto de los vecinos, que lloraron su frustración,
como intentando sofocar algo con sus lágrimas, siquiera la llama de un fósforo. El brutal incendio se llevó por delante más de 3.000 hectáreas, que son como si se arrasasen 3.000 campos de fútbol. La Xunta contó que el martes ya había
quedado controlado el fuego en el que participaron tres técnicos, 34 agentes forestales, 79 brigadas, 36 motobombas, 6 paleadoras, 8 helicópteros y 9 aviones. También participó la Unidad Militar de Emergencias (UME). Piensen ustedes
por un rato el pastón que supuso apagar el fuego, uno de tantos que asolan Ourense cada verano. Dinero público, por supuesto. Ese incendio (también otros) requirió una ingente cantidad de dinero para sofocarlo.

Mientras gastamos ahí creció un poco más la lista de espera en el hospital, se acentuaron algo más los recortes en servicios públicos, sumamos más precariedad en  la educación, habrá que esperar más tiempo por libros gratis, el mantenimiento de aquellos viales seguirá esperando... En fin, pequeñeces. Tanto, que esto se olvidará cuanto
llueva. Como el año pasado y hace dos. Como será el año que viene y dentro de dos. Como será por los siglos de los siglos. Amén.

MARTES, 1
La adversidad, esa aliada nuestra

En Ourense lo que nos ha identificado como sociedad siempre ha sido ser o sentirnos víctimas. Somos el aldraxe personificado, el alumno suspendido porque el profesor nos tiene rabia, la provincia de la que se emigra porque "aquí no hay nada", los ciudadanos marcados con la cruz del fatal destino de vivir en una tierra en la no se invierte porque
"nuestros políticos no tienen peso". Nos acompañan por la vida todas las meigas que hacen conjuros para derramar sobre nosotros la fatalidad, los chamanes de no sé que tribu que nos traspasa mal de ojo. Cómo iban a desaprovechar la ocasión los iletrados de la ACB para hacernos sentir más identificados con nuestro ADN de grandes cenizos, de pupas. La desfeita de dejar al Club Ourense Baloncesto fuera de la ACB nos ha servido para acrecentar nuestro papel de víctimas de una injusticia, pero también que en la vida no todo lo que se gana en la pista supone un ascenso. No todos los que aprueban su oposición tienen plaza; entre varios bien preparados habrá siempre alguien que nos birle un puesto porque tiene más agenda que nosotros. Ha servido también para ver que la vida está llena de cotos cerrados, de cortijos que se sustentan con la tolerancia y el apoyo público. Y sobre todo, para reparar que la frase del barón de Cubertin que dice que en el deporte "lo importante es participar", sencillamente no es cierta.

MIÉRCOLES, 2
Los contrastes viajan en automóviles

Dicen que las crisis acrecientan las desigualdades, que los pobres son más pobres y los ricos aún lo son más. Además, se asume que la gran damnificada es la clase media, que ha pagado (y paga) los platos rotos. Dicen también que la compra de automóviles es uno de los termómetros de la apariencia social, del consumo, incluso del bienestar. Es
un parámetro que se suele ponderar mucho en España, menos en otros países europeos. Leímos en el periódico del miércoles que las ventas de coches van relativamente bien en Galicia, pero con algún tropiezo en Ourense, al menos en el último mes. El quiz de la cuestión está en ver qué marcas se venden. En Ourense ocupa la tercera posición una marca premium, cuyos coches más baratos no andan lejos de los 30.000 euros. ¿Contrastes de nuestra sociedad
provincial? O contradicciones.

JUEVES, 3
Intentos para retener a los emprendedores

Y llegan los datos del paro después de los de matriculación de coches. Bien, sin entrar en matices, que dijo Katharine Hepburn cuando, ya mayor y débil de salud, le preguntaron por cómo se encontraba. Bien, sin entrar en matices,
los datos del paro provincial. Como los de los coches. Seis meses poniendo a raya la estadística del empleo en la provincia, dicen los datos del Ministerio de Empleo. Ellos ponen las cifras, usted los matices, que sé que los tiene.

VIERNES, 4
Respeto al perro y
respeto a la persona

Aparece en la foto del periódico Balú, un perro malherido, siendo atendido en la perrera municipal. Al lado de la foto, este titular: "Un ourensano le rompe la cabeza a su perro y lo tira a la basura moribundo". Quien no respeta a su perro, no respetará jamás a sus congéneres. Tampoco la sociedad tiene por que respetarle a él.

SÁBADO, 5
Distinguir entre vasallos y señores

Entre los funcionarios públicos , como entre los trabajadores de la empresa privada, hay de todo, y ambos colectivos son víctimas de la generalización, casi siempre injusta. Lo fueron el viernes en el pleno del Concello de Ourense merced a una propuesta que pretende vigilarles para que cumplan sus funciones. De los trabajadores municipales, como
de otros colectivos, podríamos decir aquello de: "que buen vasallo si tuviese buen señor". No tengo muy claro que quien se pone estupendo para vigilar el trabajo de los funcionarios hace lo propio con sus concejales con dedicación exclusiva. A fin de cuentas, todos cobran dinero público de la caja. También quería ver yo a alguno pagarle los más de 30.000 euros de nómina pública que percibe algún edil si lo tuviese contratado en su negocio. Buenos vasallos, regulares señores. 

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