Piden tres años a una octogenaria por maltrato a su marido con alzhéimer en Ourense

La acusada en el Penal 1
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La mujer, de 82 años, se enfrenta a 18 meses de prisión por un delito de malos tratos habitual y otros 18 por dos delitos de maltrato físico contra su marido con alzhéimer

Amparo G.G., de 82 años, lleva casada medio siglo con su marido, de 91. Hace quince, él desarrolló alzhéimer y necesitó más cuidados. Ayer, su mujer acudió al Penal 1 de Ourense como acusada de un delito de maltrato habitual y dos de maltrato físico. Le piden tres años de prisión. La novia del hijo de ambos denunció que, entre 2020 y 2021, Amparo G.G. insultó en varias ocasiones a su marido y le pegó con un palo dos veces

La familia se había mudado al pueblo por la pandemia. Antes residían en la ciudad, en un noveno, un ambiente que consideraron hostil para un nonagenario con una enfermedad degenerativa. Allí, Amparo G.G. cuidaba de él, según su versión, sin que mediase violencia: “Yo nunca golpeé a mi marido, ni le pegué con un palo”, señaló la imputada durante el juicio. Sí reconoció, sin embargo, haberle levantado la voz, “pero porque si no, no se entera. Es muy temperamental y en un primer momento hay que aplacarlo un poco”, dijo. 

Sea en casa o en el hospital, la imputada afirmó que no deja solo a su marido “ni cinco minutos” y que mientras ella pueda atenderlo, no quiere que ingrese en una residencia. Por otra parte, el hijo, que siempre vivió con ellos, trata de servir de apoyo. “Pienso que mi madre no puede gestionar la situación. Es un trabajo que nos sobrepasa a ella y a mí. Intenta escapar muchas veces”, explicó. Cuando le preguntaron si su padre había sido golpeado con un palo alguna vez, él se acogió a su derecho a no contestar. 

La novia de este -siguen estando juntos- presentó una versión diferente. Según ella, los insultos eran diarios: “Hijo de puta, desgraciado, cabrón,  mal nacido”, entre otros. Además, relató dos presuntos episodios en los que la acusada le golpeó con el palo en la cocina y en la calle. Otra vecina, señaló que en una ocasión vio a Amparo G.G. meter a su marido en un  coche a la fuerza. Cuando la llamó la Guardia Civil, les dijo que “no quería represalias con los vecinos”. 

Durante el juicio también entró en juego una empleada del hogar que contrataron porque necesitaban ayuda. Solo estuvo un mes, pero fue despedida tras lesionarse. En su declaración indicó que el hombre era insultado constantemente y que, en una ocasión, vio como le daban un golpe en la boca para que comiese. 

Tanto la Guardia Civil, como otros familiares y vecinos,  expresaron no haber visto  nunca malos tratos por parte de la imputada. 

La fiscal solicitó 18 meses de prisión por un delito de malos tratos habitual y otros 18 por dos delitos de maltrato físico, al escuchar “hasta tres acontecimientos fechados”. La defensa pidió su libre absolución porque, indicó, “los hechos no se acreditaron y mostraron contradicciones”.

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