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La Policía libera al emigrante ourensano secuestrado en Venezuela

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photo_camera Los familiares de Miguel Álvarez en Rubiás (Ramirás), con su hermana Maruja a la derecha de la fotografía.

Miguel Álvarez González, natural de Ramirás, estuvo retenido en una casa abandonada de la ciudad de Guatire, a 100 kilómetros de Caracas 

La Policía Nacional venezolana consiguió liberar el empresario ourensano, natural de Ramirás, Miguel Álvarez González, que había sido secuestrado en el pasado mes de diciembre. El secuestrado, de 74 años de edad, se encuentra internado en una clínica, aunque aparentemente se encuentra bien de salud, pese a las secuelas del secuestro.

Según informaban ayer algunos medios de comunicación venezolanos, el rescate se produjo el pasado jueves por efectivos de la policía del Estado de Miranda, en una casa abandonada situada en un monte de las afueras de la ciudad de Guatire, a unos 100 kilómetros de Caracas. La Policía se encontraba investigando la muerte de un policía ocurrida días pasados en la zona conocida como Las Tres Letras, de la autopista hacia Ocupare del Tuy, cuando vieron a dos hombres internarse en una zona boscosa portando bolsas de comida y otros utensilios.

Los agentes los siguieron y los alcanzaron y cuando les dieron el alto, los secuestradores respondieron con disparos, aunque finalmente fueron detenidos. Tras el tiroteo, los agentes de policía realizaron un rastreo por la zona y encontraron en las inmediaciones a Miguel Álvarez González. Tras identificarlo, procedieron a auxiliarlo y lo trasladaron a una clínica sanitaria, al tiempo que lo notificaron a la Fiscalía venezolana, para que abriera la correspondiente investigación.

Según información que trascendió del secuestro, Miguel Álvarez estuvo retenido en una casa abandonada durante el mes que duró la retención, en una condiciones muy precarias.

Durante el rastreo que los policía hicieron por la zona, encontraron pasamontañas y otros utensilios que, según los medios de comunicación venezolanos, hacen pensar que el secuestrado iba a ser trasladado a otro punto por los captores.

El secuestro de Miguel Álvarez González se producía el día 7 de diciembre, cuando el septuagenario, natural de la localidad de Rubiás, en el municipio de Ramirás, había acudido a visitar a un amigo, empresario también y vendedor de coches. Cuando se encontraban juntos, se presentaron en el lugar dos personas vestidas de policías, diciendo al amigo de Miguel que debía ir con ellos a la Comisaría. Miguel se ofreció a acompañarlo, por lo que fue capturado con su amigo y no se volvió a saber nada de él hasta ayer. Sin embargo, su amigo fue liberado por los secuestradores días después.

Según comentaban fuentes próximas a las familias de los secuestrados, los captores pidieron un rescate de mil millones de bolívares, -que al cambio equivaldría a unos 300.000 euros-, y decidieron poner en libertad al amigo de Miguel Álvarez para que consiguiera el dinero si quería que volver con vida a su amigo. Sin embargo, la reciente intervención monetaria del gobierno venezolano, que entre otras medidas prohibió la utilización de los billetes de cien bolívares, los de mayor uso en el país, complicó aún más la situación y el rescate reclamado por los delincuentes no se habría llegado a pagar.

Maruja Álvarez: “Despois de tanto tempo xa pensabamos no peor" 

La calma retornaba en la mañana de ayer a la pequeña aldea de Rubiás en el Concello de Ramirás, donde reside Maruja Álvarez, hermana del secuestrado. Ésta se enteró de la liberación de su hermano por una hija que reside en Estados Unidos, a la que llamaron las hijas de Miguel.

Maruja afirma que "agora xa nos encontramos tranquilos, pero pasámolo todos moi mal, pois despois de tanto tempo, xa pensabamos no peor". Saben que se encuentra bien, aunque ingresado en una clínica, "e unha vez que se recupere del toda xa falaremos con él", afirma Maruja.

Miguel Álvarez, de 74 años de edad, estaba jubilado. Nació y se crió en Ramirás. En los años 70 del siglo pasado marchó a brasil y después a Venezuela. Aquí se asentó, tras comenzar en el mundo de la construcción y que acabó en el sector de la venta de coches. Casado y padre de dos hijas, con una nieta y otra en camino, Miguel nunca perdió el contacto con su familia de Rubíás, a donde venía con cierta frecuencias, cada dos o tres años.

La ciudad de Guatire, en donde se produjo la liberación del Miguel, se encuentra situada a unos cien kilómetros de Caracas, a una hora en coche. Es una ciudad del Estado de Miranda, que en los últimos años conoció un fuerte desarrollo y crecimiento, debido al fuerte crecimiento y a la expansión que experimentó la capital del país, Caracas. Hacia Guatire se desplazaron un importante número de empresas convirtiéndola, junto a la ciudad de Guarenas, en uno de los polos más importante de desarrollo de la región. En 2011 tenía 187.000 habitantes.

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