rescate en el mar

Un policía ourensano rescata a un joven bañista en la playa de Foxos, Sanxenxo

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photo_camera Rafael Rebollo. (MARTIÑO PINAL)

Rafael Rebollo se encontraba disfrutando unos días de descanso cuando de repente escuchó los gritos: "¡Socorro. Me lleva la corriente. No sé nadar!". Fue un rescate complicado, pero tuvo final feliz

Un rescate complicado pero con final feliz. El ourensano Rafael Rebollo, de 36 años y Policía Nacional de profesión, salvó la vida el pasado domingo a un joven bañista en la playa de Foxos (Sanxenxo), tras ser arrastrado por la fuerza de las olas. "Es una playa con fuerte oleaje, conocida por los surfistas. Si te metes tienes que saber nadar bien porque sino el mar te traga", destacó Rebollo, que se encontraba disfrutando unos días de descanso cuando de repente escuchó los gritos: "¡Socorro. Me lleva la corriente. No sé nadar!". Estaba a 15 metros del chico, de 20 años. 

Vivió momentos de máxima tensión y pánico llegando a temer por su vida cuando trataba de socorrer al joven. "Al llegar le dije que era socorrista, pero él estaba muy nervioso. Braceaba mucho, me sumergía, las olas nos pasaban por encima y tragamos gran cantidad de agua hasta que me hice con el control del chico", indicó. El fuerte oleaje y las bajas temperaturas tampoco ayudaban. "La temperatura del mar estaba entorno a los 15 grados, por lo que llegamos a la orilla bastante fríos y rígidos". Tuvieron que ser atendidos por una ambulancia medicalizada y un médico que se identificó para recuperar la temperatura y elasticidad. "Por lo que decían allí tuvimos que estar sobre unos 40 minutos en el agua", añadió. 

Recuperado ya del susto vivido pasadas las 18,00 horas del sábado, Rebollo afirma que el rescate fue posible gracias a su formación como socorrista y por los entrenamientos realizados con el equipo del Club Salvamento Acuático Salvour de Ourense. "Lo pasas muy mal porque en esos momentos o eres tú o es él. Te ves en que no das salido de aquí pero, afortunadamente, la formación recibida me sirvió", añadió. 

No es la primera vez que tuvo que intervenir en una situación similar, trabajando en una piscina en Ourense: "Una persona mayor tuvo un calambre y le costaba mantenerse a flote", indicó.

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