La familia del empresario ourensano, Raimundo Reinoso, de 67 años, secuestrado el 26 de febrero en Caracas (Venezuela), estará presente hoy en el inicio del rastreo de la Policía del país en un río para hallar su cadáver. Los agentes peinarán el cauce después de detener a dos de los secuestradores que, al parecer, confesaron que el industrial hbía muerto 10 días después de raptarlo y que fue arrojado al río. Los familiares del empresario en Ourense aún no acaban de creerse que esté muerto.
Los agentes antisecuestros y antiextorsión de la Policía de Venezuela se preparaban ayer para rastrear un río, en la zona montañosa de Barlovento (Miranda), a unos 200 kilómetros al este de Caracas, para encontrar el cuerpo del empresario ourensano Raimundo Reinoso, de 67 años, secuestrado el pasado 26 de febrero cuando se dirigía a su taller de coches en la capital venezolana.
Los policías peinarán el cauce después de que, en la tarde del martes, fueran detenidos dos de los presuntos secuestradores en el estado de Zulía, en la frontera con Colombia.
Los arrestados estaban siendo buscados por la Policía y en comisaría, al parecer, confesaron que Raimundo Reinoso había muerto sólo 10 días después del secuestro, cuando lo retenían en una casa en Miranda, por lo que tiraron su cuerpo al río y abandonaron el lugar.
El teniente coronel del Grupo Antiextorsión y Secuestros de Maracaibo, Guglielmo De Francheschi, declinó ayer dar a conocer detalles de la declaración de los dos detenidos, apuntando que estaban siendo trasladados a Caracas. El mando policial invitaba a esperar a una nota oficial que será hecha pública en dos días para conocer el desenlace del secuestro.
Así, los datos que llegaban ayer sobre el posible fallecimiento aún eran confusos. El consejero de emigración en la Embajada de España en Venezuela, Manuel García Iglesias, aseguraba desconocer la noticia. Por la mañana -refiriéndose a ayer- estuve hablando con una de sus hijas y no me dijo nada al respecto. Desconozco que haya detenidos y que confesaran que al empresario lo habían tirado muerto a un río.
Sin embargo, la familia del industrial en Ourense sí estaba al corriente de la detención de los dos presuntos secuestradores y de su declaración ante la Policía. Una de sus hijas, Evelyn Reinoso, que regenta un negocio en la ciudad, se desplazó a Venezuela y hoy, junto con sus hermanas y madre, estarán presentes en el rastreo por el curso del río y en la casa en que permaneció secuestrado el industrial entre el 26 de febrero y el seis de marzo, que ya había sido registrada por los agentes.
Cinco meses sin noticias de su paradero
Raimundo Reinoso, natural de A Merca, fue secuestrado cuando se dirigía a su taller mecánico en Caracas, después de tenerlo cerrado más de 15 días a causa de una intervención quirúrgica en la próstata. Era su primer día de trabajo y los raptores se lo llevaron en su propio coche, que después abandonaron. Los secuestradores entablaron pronto contacto con la familia para pedirle 150.000 euros por su liberación, dinero que comenzaron a reunir, pero perdieron todo tipo de contacto con los raptores el 6 de marzo. A partir de esa fecha, la incertidumbre se apoderó de sus hijas, mujer y resto de familiares. Hasta que no vea su cuerpo me resisto a creer que esté muerto, aseguraba a mediados de mayo una hija, Evelyn Reinoso. El industrial llevaba más de 50 años emigrado en Venezuela y durante este tiempo la Policía trabajó con la hipótesis de que se había abierto la herida de la operación para que los secuestradores lo llevaran a un hospital y murió desangrado.
Los policías peinarán el cauce después de que, en la tarde del martes, fueran detenidos dos de los presuntos secuestradores en el estado de Zulía, en la frontera con Colombia.
Los arrestados estaban siendo buscados por la Policía y en comisaría, al parecer, confesaron que Raimundo Reinoso había muerto sólo 10 días después del secuestro, cuando lo retenían en una casa en Miranda, por lo que tiraron su cuerpo al río y abandonaron el lugar.
El teniente coronel del Grupo Antiextorsión y Secuestros de Maracaibo, Guglielmo De Francheschi, declinó ayer dar a conocer detalles de la declaración de los dos detenidos, apuntando que estaban siendo trasladados a Caracas. El mando policial invitaba a esperar a una nota oficial que será hecha pública en dos días para conocer el desenlace del secuestro.
Así, los datos que llegaban ayer sobre el posible fallecimiento aún eran confusos. El consejero de emigración en la Embajada de España en Venezuela, Manuel García Iglesias, aseguraba desconocer la noticia. Por la mañana -refiriéndose a ayer- estuve hablando con una de sus hijas y no me dijo nada al respecto. Desconozco que haya detenidos y que confesaran que al empresario lo habían tirado muerto a un río.
Sin embargo, la familia del industrial en Ourense sí estaba al corriente de la detención de los dos presuntos secuestradores y de su declaración ante la Policía. Una de sus hijas, Evelyn Reinoso, que regenta un negocio en la ciudad, se desplazó a Venezuela y hoy, junto con sus hermanas y madre, estarán presentes en el rastreo por el curso del río y en la casa en que permaneció secuestrado el industrial entre el 26 de febrero y el seis de marzo, que ya había sido registrada por los agentes.
Cinco meses sin noticias de su paradero
Raimundo Reinoso, natural de A Merca, fue secuestrado cuando se dirigía a su taller mecánico en Caracas, después de tenerlo cerrado más de 15 días a causa de una intervención quirúrgica en la próstata. Era su primer día de trabajo y los raptores se lo llevaron en su propio coche, que después abandonaron. Los secuestradores entablaron pronto contacto con la familia para pedirle 150.000 euros por su liberación, dinero que comenzaron a reunir, pero perdieron todo tipo de contacto con los raptores el 6 de marzo. A partir de esa fecha, la incertidumbre se apoderó de sus hijas, mujer y resto de familiares. Hasta que no vea su cuerpo me resisto a creer que esté muerto, aseguraba a mediados de mayo una hija, Evelyn Reinoso. El industrial llevaba más de 50 años emigrado en Venezuela y durante este tiempo la Policía trabajó con la hipótesis de que se había abierto la herida de la operación para que los secuestradores lo llevaran a un hospital y murió desangrado.
