No hubo sorpresas: después de José Luis Baltar Pumar, vendrá Manuel Baltar Blanco. El comité electoral del PP de Ourense se reunió ayer y, por unanimidad, acordaba la designación de este último como candidato a la presidencia de la Diputación, en la que sucederá a su padre, que la ocupó durante 22 años y hasta el pasado viernes. Hace dos años, también le sucedía en la presidencia del partido a nivel provincial.
La reunión del comité electoral comenzó a las 11 de la mañana y sus integrantes no tardaron en tomar su decisión, ya que quince minutos después daban por finalizada la sesión. La designación del candidato a la Diputación era el único punto del orden del día, aparte de la lectura y aprobación del acta de la sesión anterior, desarrollada el 13 de octubre. En la sesión participaron el propio Manuel Baltar Blanco, que ocupa la presidencia, y Rosendo Luis Fernández, como secretario, además de los vocales Ana Belén Vázquez Blanco, María Sol Díaz Mouteira, José Luis Suárez Conde, Antonio Mouriño Villar, José Luis Valladares Fernández y Jackeline Fernández Macías.
A las 12, hora a la que habían convocado a los medios informativos, compareció el secretario de la comisión, Rosendo Fernández, junto a Ana Belén Vázquez y Antonio Mouriño, para dar cuenta de la reunión. La falta de Manuel Baltar incluso hizo pensar que podía saltar la sorpresa, pero no fue así. En la lectura del acta, dieron cuenta de la decisión de designar a Baltar Blanco como candidato a la presidencia de la Diputación, quien comparecía poco después en la sala.
'É para min unha grandísima honra ser proposto polo meu partido para un cargo de altísima responsabilidade, como é o de presidente da Deputación, para dirixir o goberno e a administración da provincia', manifestó, reconociendo también el apoyo logrado en este proceso, al afirmar que se siente 'sumamente honrado de que o único nome barallado para optar a presidencia da Deputación fora o meu'.
En todo caso, Baltar Blanco todavía necesita el apoyo de los 14 diputados provinciales del PP que han de respaldarle con su voto para que pueda ocupar el primer sillón del Pazo provincial. 'Evidentemente, os deputados me transmitiron a súa unánime decisión, o seu criterio e o seu apoio para que eu fora o candidato proposto a presidir a Deputación. Non hai ningún xénero de dúbidas', puntualizó. Y el sello del acuerdo se formalizó ya el pasado martes, en la comida que él y su antecesor, su padre, José Luis Baltar, mantuvieron con el grupo popular, donde el presidente saliente pidió el apoyo para su hijo.
Ahora, la normativa establece un máximo de 10 días hábiles entre el pleno que acepta la renuncia del anterior presidente y el que deberá eligir al nuevo. El plazo se cumple el 10 de febrero, pero Manuel Baltar Blanco deberá contar previamente con su credencial de diputado provincial. Una vez disponga de ella, el actual presidente en funciones,Rosendo Fernández, fijará la fecha.
DEFENSA DE LA INSTITUCIÓN
Manuel Baltar Blanco se manifestó un firme defensor del papel de las Diputaciones, sobre todo en un momento en el que surgen cada vez más voces que demandan la necesidad de aligerar la administraciones y, en concreto, estos órganos provinciales. Además de recordar que las Diputaciones están reconocidas en la Constitución, defendió sus funciones de prestación de asistencia económica, técnica, jurídica, coordinación de servicios municipales y prestación de servicios de carácter supramunicipal. Además, defendió que 'en provincias como a de Ourense son totalmente necesarias', ya que, salvo el Concello de la ciudad, los 92 restantes no superan los 20.000 habitantes, por lo que son considerados 'pequeños' y requieren más de la labor de esta institución. 'Son un absoluto creente nas Deputacións', insistió.
A las 12, hora a la que habían convocado a los medios informativos, compareció el secretario de la comisión, Rosendo Fernández, junto a Ana Belén Vázquez y Antonio Mouriño, para dar cuenta de la reunión. La falta de Manuel Baltar incluso hizo pensar que podía saltar la sorpresa, pero no fue así. En la lectura del acta, dieron cuenta de la decisión de designar a Baltar Blanco como candidato a la presidencia de la Diputación, quien comparecía poco después en la sala.
'É para min unha grandísima honra ser proposto polo meu partido para un cargo de altísima responsabilidade, como é o de presidente da Deputación, para dirixir o goberno e a administración da provincia', manifestó, reconociendo también el apoyo logrado en este proceso, al afirmar que se siente 'sumamente honrado de que o único nome barallado para optar a presidencia da Deputación fora o meu'.
En todo caso, Baltar Blanco todavía necesita el apoyo de los 14 diputados provinciales del PP que han de respaldarle con su voto para que pueda ocupar el primer sillón del Pazo provincial. 'Evidentemente, os deputados me transmitiron a súa unánime decisión, o seu criterio e o seu apoio para que eu fora o candidato proposto a presidir a Deputación. Non hai ningún xénero de dúbidas', puntualizó. Y el sello del acuerdo se formalizó ya el pasado martes, en la comida que él y su antecesor, su padre, José Luis Baltar, mantuvieron con el grupo popular, donde el presidente saliente pidió el apoyo para su hijo.
Ahora, la normativa establece un máximo de 10 días hábiles entre el pleno que acepta la renuncia del anterior presidente y el que deberá eligir al nuevo. El plazo se cumple el 10 de febrero, pero Manuel Baltar Blanco deberá contar previamente con su credencial de diputado provincial. Una vez disponga de ella, el actual presidente en funciones,Rosendo Fernández, fijará la fecha.
DEFENSA DE LA INSTITUCIÓN
Manuel Baltar Blanco se manifestó un firme defensor del papel de las Diputaciones, sobre todo en un momento en el que surgen cada vez más voces que demandan la necesidad de aligerar la administraciones y, en concreto, estos órganos provinciales. Además de recordar que las Diputaciones están reconocidas en la Constitución, defendió sus funciones de prestación de asistencia económica, técnica, jurídica, coordinación de servicios municipales y prestación de servicios de carácter supramunicipal. Además, defendió que 'en provincias como a de Ourense son totalmente necesarias', ya que, salvo el Concello de la ciudad, los 92 restantes no superan los 20.000 habitantes, por lo que son considerados 'pequeños' y requieren más de la labor de esta institución. 'Son un absoluto creente nas Deputacións', insistió.
