Diez largos días son los que lleva José Antonio Presas hospitalizado en el CHUO, batallando contra los síntomas del covid. Igual que él hay otras 170 personas, repartidas por los diferentes hospitales de la provincia, que intentan superar las complicaciones generadas por el virus. "Desde fuera igual no se ve, pero cuando llegas aquí descubres todo el trabajo de los compañeros, te das cuenta de lo serio que es", afirma.
Su cara no pasa desapercibida. Es un personaje conocido por su pasado como árbitro y su vinculación con el deporte provincial. Una vida como deportista no evitó que las consecuencias de la infección le obligaran a pasar por el CHUO. "Ya casi no tengo ninguno de los síntomas del principio, pero continúo con una pequeña dificultad respiratoria", cuenta desde la habitación de la planta covid en la que se encuentra internado. Allí llegó en cuanto detectó los primeros indicios de la infección más graves, que lo llevaron a Urgencia. "Cuando noté que algo no era correcto en la respiración, fui allí y los compañeros ya decidieron ingresarme", explica.
Los cálculos sobre el contagio los remonta posiblemente a hace dos semanas en su lugar de trabajo, un centro sanitario donde ejerce como administrativo de cara al público. "A pesar de tomar todas las medidas de prevención, es difícil que en algún momento no aparezca porque está aquí", reconoce. Por eso pide prudencia a la población de cara a la fechas de un Entroido que no se celebrará como otros años. "Deberíamos seguir todos los consejos de las autoridades sanitarias para que estos días pasen con tranquilidad, no pasa nada por vivir un Entroido diferente", aconseja.
Una vida por la sanidad
Presas lleva 46 años trabajando para la Sanidad Pública y no le es para nada desconocida la labor de todos sus profesionales. En esta pandemia, especialmente ahora que requirió de atención médica, vio en primera persona su desempeño. "Se preocupan de que todos recibamos la atención correcta", resalta.
A esas familias afectadas con algún miembro ingresado, como en el caso de la suya, les asegura que la "ayuda de los profesionales sanitarios es inmejorable" para "salir adelante". Pese al aislamiento, comparte habitación y eso lo hace más llevadero. El contacto con los seres queridos , aunque no sea presencial, también es diario y le da ánimos para librar esta batalla.
