El candidato del Partido Popular a la alcaldía de Ourense, Jesús Vázquez, admite que es posible conseguir la mayoría absoluta porque "todo candidato aspira a desorrallar su proyecto"
El flamante candidato del PP a la Alcaldía de Ourense ofrecerá a los ciudadanos la vuelta a la normalidad y a la estabilidad, a través de un gobierno municipal formado por un equipo, el suyo, cercano y trabajador, dialogante y honesto, lejos, dice, de la convulsa Corporación actual. Para lograr la mayoría absoluta, que ve factible, Jesús Vázquez Abad se presentará a los comicios con una lista "renovadora" sin concretar aún qué ediles de los actuales recuperará.
¿Sabe realmente donde se mete?
Claramente, sí. Después de seis años de gestión en un ámbito sensible como es el de la educación y la cultura, con unos presupuestos muy difíciles de llevar, de vacas flacas, sé a lo que me enfrento.
¿Por qué fue usted el designado?
Eso habría que preguntárselo a ambos presidentes, el del partido en Galicia y de Ourense. Hubo total coincidencia en este aspecto.
¿Será que Feijóo quería librarse de usted?
No, no. Precisamente, apostaron por una serie de perspectivas y cualidades que vieron en mi persona.
¿Siente que tiene el pleno apoyo de todo el partido, el del presidiente provincial y el del presidente gallego del PP?
Sí, pero es que sólo hay un partido y está completamente unido. Estoy teniendo reuniones con los distritos, con militantes del partido y con personas de fuera, dialogando mucho.
¿Qué percepción saca de esos encuentros? ¿Detecta apoyos suficientes para aventurar una mayoría que le permita gobernar?
La gente necesita visualizar normalidad, el paso hacia la estabilidad, eso es lo que demanda y lo que ofrezco. Las perspectivas son buenas pero demandan gestión, con unos presupuestos que se puedan ejecutar en la atención social, en infraestructuras o en otras áreas que pueden generar empleo o atraer a inversores.
Va a ser la primera vez que se acerque a una labor política local, ¿cómo lo va a afrontar?
Esto requiere un grupo unido, consolidado, con ambición para ejecutar proyectos y pensando en servir, que el ciudadano se vea representado en él y que dé respuestas. Por eso, el PP tiene que presentar un proyecto atractivo, avalado por un grupo que responda a lo que la sociedad ourensana demanda tras años de incertidumbre o de presenciar espectáculos como el del pasado viernes en el pleno municipal.
¿Qué opinión le merece la labor de oposición que ha hecho el grupo municipal del PP, con su portavoz, Rosendo Fernández, al frente?
Le tocó un momento muy difícil, con un grupo de gobierno enfrente muy dividido, incapaz de gestionar y así es muy difícil hacer oposición. Aunque tú propongas, si enfrente no quieren escuchar por miedos a un rédito electoral, sin pensar en términos de ciudadanía, es muy difícil trabajar. ¿Oposición a qué? ¿A tantas decisiones judiciales que tienen sobre la mesa? Sería preciso un equipo de gobierno fuerte y una oposición fuerte que fuesen capaces de generar consensos. A Rosendo le ha tocado lo mismo, pese a ser un hombre con experiencia, que ha tenido responsabilidades, que ha gestionado presupuestos. Al final, perdió la ciudad de Ourense. Lo único que hemos podido visualizar el ourensano de a pie fueron proyectos iniciados en la época de Manuel Cabezas. El gobierno también tendría que haber atraído y contar con la oposición.
Pero para eso hace falta una oposición de altura.
Claro, pero aún teniendo capacidad para gobernar solo, es bueno que integres y sumes.
Suspende, está claro, al actual gobierno socialista.
El problema es que la ciudad está paralizada, que no ha respondido a lo que los ciudadanos demandaron. Pero hay que pensar en futuro, presentando proyectos palpables, atendiendo prioridades. Ourense no se puede permitir un nuevo mandato de paralización y de desilusión. No hay que inventar nada nuevo, hay que gestionar los recursos bien, generando ilusión y expectativas. Y atraer inversiones, relacionadas con el termalismo, con el acceso a la ciudad como la alta velocidad, o con la cultura, que puede convertirse en una industria atractiva.
¿Serán esas sus prioridades si gobierna?
Hay áreas básicas, como la social, que debe estar muy presente en el programa. Porque, a pesar de la recuperación, hay aún muchas familias que lo está pasando muy mal. El termalismo es fundamental e, insisto, la cultura, a través de entes que ya tenemos y que sólo hay que dinamizar. Hay que desarrollar suelo industrial y fomentar la cultura emprendedora, y hacer una ciudad atractiva para el inversor.
Pero ahí tendrá usted un problema, el desarrollo urbanístico pende de un hilo tras la caída del PXOM.
Sí, hay que sacarlo adelante. Realmente, hay que plasmar coherencia en el programa y hacer gala de racionalidad. Y todo identificado en un grupo municipal, el nuestro, que dé seguridad y normalidad.
Hablando de equipo, ¿cómo ha de ser el que le acompañe a usted en la lista?
Hace falta que sea, además de trabajador, cercano y dialogante, que sea gestor, ávido de proyectos, que sume e integre; que sea capaz de explicar lo que se puede hacer y lo que no, porque a veces es así y hay que saber decir a los ciudadanos por qué. Básicamente, un equipo que sepa apoyar la riqueza y el valor que ya tiene la ciudad, no hace falta vender grandes infraestructuras, sino mejorar lo que tenemos.
En ese contexto usted, según dijo el presidente Baltar, tendrá toda la libertad para elegir a su equipo. Ahora que ya expuso el perfil, ¿con qué nombres lo va a componer?
No hay nada decidido. Pero es lógico que tenga libertad para eso porque uno tiene que sentirse a gusto con quienes le acompañarán. Lo primero que tengo que hacer es escuchar.
En cualquier caso, ¿prevé incorporar a actuales concejales del PP en su candidatura?
Es muy pronto. Voy a presentar una lista renovadora, con gente que pueda proyectar grupo, trabajo e ilusión. Puedo hablar de muchas personas pero, repito, no hay nada decidido. He tenido reuniones en la sede, con Manuel (Baltar), porque es preciso que lo veamos todos.
¿Se siente suficientemente conocido y valorado por los ciudadanos para captar los votos necesarios que le den el gobierno?
Quedan algo más de tres meses, me voy a dedicar muy de lleno a la ciudad y podré jugar un papel importante como diputado, para representar en Santiago los intereses de la ciudad. Tenemos ganas, proyectos, ideas y voluntad, si los ciudadanos depositan en nosotros la responsabilidad de gobernar. Creo que mis seis años de gestión en la Xunta deben tener una proyección y un conocimiento de la sociedad sobre mí. Pero mi intención es llegar a los 107.000 ourensanos para explicar mi proyecto.
¿Cree que es posible lograr una mayoría absoluta?
Es posible alcanzarla para el que presente lo que la ciudad demanda, que es grupo, gente con la que se pueda identificar. Lo veo factible.
¿Se plantearía un gobierno de coalición, quizás con DO?
Todo candidato tiene que aspirar a desarrollar su proyecto. De momento, nosotros vamos a presentar programa, vamos a reunirnos con entidades, vamos a potenciar esa vía. Un grupo se presenta para sacar la mayoría que le permita llevar a cabo su programa.
¿Y si no pueden abordar eso ustedes solos?
Es muy factible sacar la mayoría suficiente para gobernar.
¿Pueden la corrupción y los recortes del PP dañar sus perspectivas?
En los concellos, el ciudadano vota a la persona y al grupo que se presenta, y el mío va estar formado por personas normales que responden a trabajo, honradez e ilusión. Alejados de todo índice de corrupción.
¿No llevaría nunca imputados en su lista?
La gente que me conoce sabe cómo opino de ciertos temas. Sabe como me gusta la gente que va conmigo. Ya le respondo.
Acaba de cesar como conselleiro, ¿qué balance hace de su gestión?
Fueron seis años muy difíciles, pero nadie elige el momento en que le gusta gobernar. Con bastante menos dinero, en educación podemos dejar un balance positivo: el abandono escolar bajó siete puntos, ahí está la FP dual, la FP a distancia, contratos programa, lenguas extranjeras, más plazas de comedores, de niños transportados y la puesta en valor de la importancia que juega el profesor.
Pero ha tenido enfrente a los docentes y al mundo cultural.
Pero nos han entendido y, pese a la disconformidad, vieron en nosotros un aliado y asumieron que la situación ahora es muy distinta, aunque había voluntad por nuestra parte de ayudar.
¿Ve usted a Feijóo en Madrid?
Permítame que no entre en esas cuestiones. Tenemos un maravilloso presidente, al que tocó gestionar la peor etapa y Galicia hoy tiene una proyección y una imagen.
¿La Alcaldía de Ourense culminaría todas sus aspiraciones políticas?
Es mi etapa, un reto ilusionante. En todas las tareas que he desempeñado, siempre puse todo de mi parte, por supuesto bajo una serie de pautas, que son la búsqueda del respeto de mi familia y de seguir siendo yo.
