El acusado Alberto Vázquez, exnovio de la hija del fallecido, reconoce que acordaron 'darle una paliza', pero no matarlo

Primer día del juicio por el asesinato de Bernardino Pousa

La Audiencia provincial de Ourense acoge esta semana el juicio por el asesinato de Bernardino Pousa.
La Audiencia provincial de Ourense acoge hoy la primera jornada del juicio por la muerte de Bernardino Pousa, asesinado el pasado 11 de septiembre del 2011.

En su declaración ante el tribunal, Alberto Vázquez, exnovio de la hija del fallecido y uno de los acusados, ha asegurado que los cuatro implicados -su exnovia, la esposa del fallecido, él y un sicario-, se pusieron de acuerdo para 'darle una paliza' al chófer con el objeto de 'ver si se calmaban las cosas' entre la propia víctima, Bernardino Pousa, y su esposa, entonces en trámites de separación.

En su declaración, el ex novio de la hija del conductor Bernardino Pousa explicó que en un primer momento no estuvo de acuerdo pero que finalmente accedió a ello, a petición de la esposa del hombre, con el fin de buscar una solución a la mala relación que había entre ambos.

En todo momento, situó a la mujer del conductor como la que propuso el plan, 'el escarmiento', aunque negó que hubiesen hablado de matarlo.


Declaraciones opuestas

La primera jornada de juicio evidenció declaraciones opuestas entre los acusados, hasta el punto de inculparse unos a otros.

Los dos primeros en declarar fueron el ex novio y el sicario portugués. Por la tarde continuará con la declaración madre e hija, además de los testigos.

El primero en declarar, el ex novio de la hija atribuyó a la esposa del conductor 'la idea' de contratar a un sicario aunque negó que en algún momento alguno de ellos hubiese ideado su muerte.'Dolores me dijo que había que darle la paliza ya para ver si se calmaban las cosas', declaró.

Por el contrario, el sicario portugués, contratado por el ex novio, afirmó sin embargo que 'me encargaron un asesinato', para lo cual recordó que el día de los hechos, el exnovio fue a buscarle a Chaves y lo dejó en la nave, a la que estaba previsto que acudiese el chófer.

El fiscal considera que los hechos constituyen un asesinato con 'ensañamiento y alevosía' y considera a Ilidio M. 'autor material' y a Dolores A.A., exesposa de la víctima; María Ángeles P., hija; Alberto V.L., entonces novio de esta última, inductores y cooperadores necesarios.

Por ello, ha ratificado la solicitud de penas de prisión de 22 años y seis meses para el autor de los hechos, 20 años para exesposa e hija por agravante de parentesco y 17 años para el novia de ella, con imposibilidad de residir en Verín.

Las acusaciones que ejercen un hermano del conductor asesinado y dos nietos, elevan las penas, por su parte, a 25 años para el autor material, 20 años para Dolores y María Ángeles y 17 años y medio para Alberto V., además de indemnizaciones de 120.000 euros para cada nieto, prohibición de residencia en Verín durante 30 años y de acercarse a los denunciantes.

Los hechos ocurrieron el 12 de septiembre de 2011 cuando el conductor apareció muerto en una nave, debajo de uno de los autobuses que conducía, con indicios de haber sido degollado.

Fuentes de la investigación apuntaron entonces a la hipótesis de que la mujer, junto con su hija y el compañero sentimental de esta última, podrían haber planeado el asesinato, a raíz de la mala relación existente entre ellos.

En el juicio, las acusaciones particulares aludieron al 'móvil sentimental', por el que la mujer no habría accedido a formalizar el reparto de bienes ni a separarse de él, en referencia a una frase en la que dijo 'Bernardino o para mí o para nadie'.

Según una de las acusaciones, ante la intención del conductor de divorciarse se habló de la posibilidad de 'hacerle desaparecer' para lo cual Alberto contactó con un sicario, hecho reconocido por él, en el día de hoy.

El acusado se encargó de recoger al sicario y volver a llevarlo a su casa tras varios intentos fallidos de asesinato, previos al definitivo, según el relato de la acusación.

Al regreso de un viaje, el sicario, que estaría contratado por 5.000 euros, le esperó en la cochera de Queizás donde lo habría degollado y golpeado con una barra de hierro para rematarle.

Después habría sido conducido por Alberto V. hasta una cafetería para cobrar lo pactado.

Frente a estas acusaciones, el sicario aseguró que sólo llegó a propinarle 'dos golpes con una barra en la cabeza' porque Pousa 'se abalanzó hacia mí'.

Además, afirmó que cuando abandonó el lugar 'todavía respiraba', por lo que ante las preguntas de la acusación, manifestó que su única hipótesis de lo que pasó después 'es que fuera Alberto'.

En cuanto al resto de las defensas, el abogado de la esposa negó cualquier tipo de 'participación en la trama de asesinato'.

'Desconocía el trabajo', aseguró el letrado, quien recordó que el día de los hechos 'ella estaba tan tranquila en su casa cuando la llamaron para decirle lo que había pasado'.

La defensa de la hija advirtió además la falta de pruebas concretas y aseguró que solo hay indicios, lo que no prueba su participación.

El abogado de Alberto V. por su parte pidió que se atenúe la pena en base a que 'asume su responsabilidad' y a su colaboración en el esclarecimiento de los hechos, tras asegurar que si no es por su declaración, con fecha 29 de febrero de 2012, 'nunca nadie hubiera sabido la verdad'.

Te puede interesar