Las termas públicas de Outariz y Burga de Canedo abrirán en “pocas semanas”, una vez que las obras para adecuarlas al protocolo covid y a la ley termal de la Xunta están “prácticamente rematadas”, avanzó ayer la edil de Termalismo, Flora Moure. Hoy mismo se instalarán los famosos caudalímetros que permiten regular el flujo de agua y asegurar una de las condiciones que pone la ley autonómica, que no es otra que blindar la renovación de agua cada cuatro horas. Con estos trabajos, prácticamente se da por finalizada la reforma de las piscinas.
Ahora, todavía quedará el arreglo de los servicios, la contratación del control de la legionela y alguna otra obra menor para poner en funcionamiento las bombas y hacer las pruebas de estanqueidad de las obras realizadas, así como solicitar la apertura a la Xunta. En todo caso, y habida cuenta de la planificación que maneja Flora Moure, concejala de Termalismo, se entiende que a lo largo del mes de febrero podrían reabrirse al público las termas del entorno de Outariz: tanto las de Burga de Canedo como Outariz. “El planteamiento es abrir en poco tiempo, pero no depende solo de nosotros. No quiero poner fechas, es complejo, pero estas dos instalaciones estarán antes que ninguna y no le doy mucho tiempo”.
Lo que no tiene fecha es la rehabilitación de A Chavasqueira, quemada en abril de 2019, y que todavía no tiene la preceptiva licencia de la Confederación Hidrográfica, por lo que desde los partidos de la oposición, como Ciudadanos, “xa temos claro que non estará mínimo ata 2023 e que en 2022 non haberá nada”, tal y como señaló José Araújo, que preguntó sobre esta cuestión y criticó que Jácome “intente despistar” con otras cosas.
