BOTELLÓN EN OURENSE

La prohibición a menores para beber topa con la permisividad

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photo_camera Basura acumulada el pasado miércoles por la mañana en la Alameda, tras el botellón. (O. PINAL)

La Xunta prohíbe desde 2010 el consumo, pero el botellón de la Alameda sigue con público muy joven

El problema del botellón parece que vuelve a repuntar en la ciudad, con la Alameda do Concello como epicentro del mismo, donde la madrugada del pasado día 1, centenares de bolsas de basura y restos de vidrios y cristales rotos aparecieron en este céntrico recinto ajardinado tras otra noche de esparcimiento alcohólico, ante la impunidad otorgada por las administraciones.

La ausencia de una ordenanza municipal sobre el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública permite que cualquiera pueda hacer uso de los espacios públicos para consumir estos productos, pese a los notables daños generados tanto al mobiliario urbano como al descanso de los vecinos de la zona.

Lo que sí está prohibido a nivel autonómico, como así lo refleja la Lei de Prevención de Consumo de Bebidas Alcohólicas de 2010 de la Xunta, es que los menores de edad consuman alcohol, tanto en la vía pública como en locales privados. Sin embargo, en lo que ha transcurrido de este 2017, la Policía Local ha expedientado apenas a un total de 45 menores por este motivo, con la consiguiente multa de 300 euros para los padres o tutores que, generalmente, son conmutadas por los cursos del plan Escolle .

Las cifras dan buena cuenta de que no se persigue como debiera esta práctica y de la inacción de las administraciones incluso en el control de los menores, algo que sí está regulado a nivel autonómico. El número de menores denunciados se ha incrementado poco a poco, ya que era de 31 en 2015, 42 en 2016 y 45 en lo que ha transcurrido del año en curso.

"Donde más denuncias hay sigue siendo en los pubs, lo cual es también grave; aunque está claro que la sociedad tiene un problema con el botellón y con la participación de menores, cada vez mayor", destaca Sofía Godoy, concejala de Sanidad y Asuntos Sociales del Concello.

El presidente de la Asociación de Vecinos Centro, Ignacio Martín Amaro, reconoce que los vecinos "han transmitido que lo que sucede, muchas noches es un escándalo" y llama a Concello y Policía a que "tomen medidas urgentes" para frenar un botellón que atrae también el "trapicheo de drogas". Pedirán una reunión con el alcalde para pedirle que se pare este comportamiento "incívico". Uno de los vecinos aseguraba ayer que el miércoles "crin que nevara coa cantidade de bolsas brancas que había polo chan". 

Otras ciudades sí que regulan el botellón

En la ciudad, hay dos ordenanzas relaciones con el tema pero que obvian la prohibición de aglomeraciones par consumir alcohol. Una es la de "Uso de Zonas Verdes", aprobada en 2011, en la que no se recoge ninguna mención a ello. Sí que se habla de que el uso indebido de bancos y áreas de juegos infantiles (en las que se presupone que está el botellón), así como el daño al mobiliario urbano, con sanciones desde 30 a 3.000 euros. 

Por otra parte, la ordenanza de ruidos, de 2002, solo recoge la prohibición de "berrar, vociferar e cantar alterando a convivencia cidadá en parques e xardíns". 

Esto contrasta con la situación en otras urbes gallegas, mucho más restrictivas en esta cuestión. En Santiago se ha prohibido el consumo de alcohol en la vía pública, "con especial incidencia en lugares con aglomeraciones", en Pontevedra se prohibió el consumo en la calle más  allá de medianoche, y en A Coruña se prohíben desde 2008 "las aglomeraciones de personas en la vía pública que alteren la convivencia ciudadana" desde las 22,00 a las 08,00 horas.

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