La prolongada sequía pronostica grandes pérdidas en las cosechas

photo_camera Un campo de viñedos en la comarca de O Ribeiro, na de las cuatro denominaciones existentes en la provincia.

Cultivos como el cereral sufrieron mermas de entre el 70 y el 80%, mientras que en la patata se prevé un 30% menos

La climatología atípica que ha marcado el verano, con casi tres meses sin prácticamente precipitaciones, después de haber sufrido una primavera de cuantiosas lluvias, está pasando factura al campo provincial. Ya lo ha hecho a la producción de cereal. En lo que respecta  al de invierno, "las pérdidas superaron con mucho el 80 %, rondando incluso el 90 %". Y la cosa no pareció mejorar con la cosecha de primavera, ya que "el exceso de calor no dejó que la planta creara grano y en muchas parcelas el cereal no superó los 20 centímetros de altura; es decir, que prácticamente ni creció", explica Servando Álvarez, técnico del Centro de Desenvolvemento Agrogandeiro del Inorde, que añade que la producción de este año se situó "en torno a un 70 % por debajo de la de 2015".

En cuanto a la patata, aunque aún no se empezó la recogida, sí se ha "detectado, en los análisis que estamos realizando a pie de campo, una bajada importante respecto al año pasado", señala Álvarez. En la patata de ciclo corto -90 días-, la producción se prevé que se reduzca en torno a un 20 %.
El auténtico golpe puede darse con respecto a la patata de ciclo largo, que es la mayoritaria en la zona de A Limia -donde se concentra la producción provincial- y que se destina principalmente a la producción industrial. Aquí el descenso de producción puede alcanzar el 30 %.
Otro de los temores de los productores es que "venga un ciclo de precipitaciones de más duración en el tiempo e intensidad que impida la recolección de patata", señala Servando Álvarez.

En conjunto, si la producción tipo de patata en la comarca de A LImia "suele estar en torno a las 120.000 toneladas, en el caso de este año nos quedaremos unos peldaños por debajo, sobre las 80.000 toneladas de tubérculo recogido".
Por su parte, Xosé Ramón Rodríguez, de Unións Agrarias, añade que, "aunque la situación varía dependiendo de las denominaciones, esta prolongación de meses sin lluvia va a provocar en torno a un 25 % de cosecha menos que en 2015".

Desde los distintos consellos reguladores confirman esas previsiones de disminución en la producción. En el caso de la Ribeira Sacra, la más afectada, incluso con la provisión de ayudas específicas debido a los daños fruto de la climatología, se anuncia una reducción de un 20 %, mientras que en la zona de O Ribeiro las perspectivas pareen no ser tan pesimistas y se quedan en un 10% menos, como en Monterrei.

Los ganaderos tienen que comprar el pasto fuera

Andrés Canda, ganadero de 61 años y que lleva "desde los 22 años trabajando en el campo" tiene una producción ganadera en el Concello de A Mezquita, en el límite con la provincia de Zamora. Cuenta con una cabaña de 90 cabezas de ganado destinadas a la explotación de carne.

"Empezamos en primavera con lluvias torrenciales, tuvimos que sembrar tarde el maíz y cuando paró de llover vinieron más de dos meses sin gota de agua, todo eso se ha traducido en sobrecostes", señala Canda.

Añade este ganadero de A Mezquita que, "en mi caso contaba con un manantial y podía abastecerme, pero muchos otros ganaderos de la zona tuvieron que traer agua de las cisternas para abastecer al ganado".

A esto se añade la obligación de "comprar forraje, porque la hierba está seca y no sirve para dar de comer al ganado".

Un gasto que Andrés Canda cuantifica: "Si otros años podía autoabastecerme de pasto con el que yo sembraba en primavera, este año me he visto obligado a comprarlo fuera, en Castilla, y me ha supuesto un sobre coste de en torno a los 5.000 euros". Añade que "lo que me ha pasado a mí le ha pasado a la práctica totalidad de la gente de la zona".

Este ganadero, que lleva muchos años en el sector, no duda en afirmar que, "aunque sí hemos tenido años con fuertes heladas y con mucha lluvia, la verdad es que con las características que hemos tenido este año, no recuerdo haber vivido algo parecido a esto nunca".

En la provincia de Ourense hay una cabaña ganadera de "en torno a las 20.000 cabezas", señala Xosé Ramón Rodríguez, del sindicato Unións Agrarias.

El excesivo calor o el mildiu recortan la producción de uva

La sequía afectará en menor medida al Ribeiro, la más antigua de Galicia, con 2.646 hectáreas de viñedo. La vendimia se abrió el pasado martes en la zona del Valle del Miño y Arnoia. A partir de mañana la recolección se dará de forma más generalizada entre las bodegas de toda la comarca vitivinícola. Según  los técnicos del Consello Regulador se verá escasamente afectada por la plaga de mildiu y la ausencia de lluvias. "A reducción da colleita respecto do ano pasado será dun 10%, pero as uvas están sanas e son de calidade", señalan desde el departamento técnico. Así, se prevé la recogida de unos 13 millones de kilos de uvas, lo que supondrá un total aproximado de 9,1 millones de litros de vino blanco y tinto. En la Ribeira Sacra se prevé una merma de un 20% y en Monterrei se recogerán tres millones de kilos.

Xinzo de Limia. 15-09-16. Provincia. Cultivos de patacas no término municipal de A Pena en Xinzo de Limia.Foto: Xesús Fariñas

La recogida de patata se retrasa  a octubre por la meteorología

El primer efecto de la sucesión de semanas sin lluvia durante los meses de verano se ha traducido en la producción de patata en un retraso en las fechas de recogida, que no podrá realizarse hasta el próximo octubre y puede prolongarse hasta el mes de noviembre, dependiendo de las circunstancias climatológicas que marquen los próximos días.
Esto provoca un importante temor entre los productores, ya que si, como es probable, se suceden a partir de ahora las borrascas con  lluvias intensas dificultarán de forma notable la recolección e incluso pueden impedirla en algún caso puntual. Por otra parte, desde el Centro de Desenvolvemento Agrogandeiro del Inorde ya han constatado que se producirá un descenso en la producción, aún por determinar y que varía entre la patata de ciclo corto y la de ciclo largo, pero que se prevé de entre un 20 y un 30 %, en el peor de los casos.

20160917153953671_resultLas últimas lluvias podrían salvar la cosecha de castaña

Las últimas lluvias podrían salvar la cosecha de castaña y los productores confían en que no hayan llegado demasiado tarde a algunas zonas. El agua comenzó a caer pocas semanas antes del comienzo de una campaña cuyo inicio se prevé para principios de octubre. Esta previsión supone un cierto retraso respecto a 2015, pues el año pasado empezó el 26 de septiembre. Los árboles están cargados de erizos, si bien en algunas zonas más que en otras, debido a las tormentas. Sin embargo, la falta de agua y las altas temperaturas registradas durante buena parte del verano, retrasaron el crecimiento. Del agua va a depender la calidad del fruto y la ausencia de gusanos.
La castaña también precisa frío y no solo para el fruto, también para favorecer su consumo, por ser un producto de temporada.

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