Una prostituta destapa una red que explotaba mujeres

Se refugió en un club de Maside tras escapar de la organización que operaba en Burgos, Logroño y Palencia

Una trabajadora de un club de Maside facilitó la desarticulación de una organización que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres mayoritariamente en bares de alterne de Burgos. La Policía Nacional detuvo a dos personas en la provincia burgalesa, a otras cuatro en Logroño y una más en Palencia. De los siete detenidos, tres ingresaron en prisión como presuntos autores de pertenencia a organización criminal, trata de seres humanos con fines de explotación sexual y favorecimiento de la inmigración ilegal. Los detenidos captaba a mujeres  jóvenes en situación de vulnerabilidad en Colombia con falsos contratos de trabajo en España, donde eran obligadas a ejercer la prostitución.

La Policía Nacional de Madrid y Ourense iniciaron la investigación el pasado mes de junio después de dos que dos jóvenes lograran burlar la vigilancia a que eran sometidas y escapar de un club de Burgos. Una de ellas se refugió en un bar de alterne de Maside, donde en la actualidad, según fuentes policiales, ejerce libremente la prostitución. Esta, junto con otra compañera, detalló a la Policía Nacional como fue engañada para viajar a España en busca de un futuro mejor, dada los escasos recursos que tenía en Colombia.

La Policía detuvo a siete personas en Burgos, Logroño y Palencia. Captaban a jóvenes y las obligaban a ejercer la prostitución

Los policías nacionales abrieron una investigación durante la que comprobaron que los miembros de la organización desmantelada facilitaba pasaportes a las jóvenes que captaban en  el país sudamericano y pagaban los gatos del  viaje -billetes de avión, reservas de hoteles y seguros sanitarios-, además de facilitar dinero en efectivo a las víctimas. De esta manera, según fuentes policiales, los miembros de la banda desarticulada intentaban acreditar que disponían de recursos económicos y solvencia en España.

Pero una vez que las jóvenes pisaban territorio nacional, la situación era distinta. La líder del grupo, que según la Policía Nacional tiene vínculos familiares en Colombia, las instalaba en clubes de alterne de Burgos, en los que eran informadas de que habían contraído una deuda de 10.000 euros, que cada una de ellas debía saldar ejerciendo la prostitución. La deuda  contraída aumentaba diariamente con los gastos de manutención y de alojamiento. 

Así, las jóvenes se veían obligadas a trabajar largas jornadas sin descanso, aunque llegaran a caer  enfermas. Nada más terminar sus servicios sexuales, los detenidos les retiraban el dinero que abonaban los clientes. La organización, según fuentes de la investigación, utilizaba medios coercitivos y la violencia física para mantenerlas controladas, llegan a incluirlas en un sistema de multas por mal comportamiento y desobediencia.

La operación permitió la liberación de dos de las jóvenes captadas, que junto con la que se encuentra en el club de Maside, cuentan en la actualidad con protección. Los investigadores intervinieron a los detenidos diversos teléfonos, ordenadores y documentación relacionada con la explotación sexual, que está siendo analizada ante la sospecha de que la organización operó en otros puntos de España. 

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