La escasez de castañas no fue impedimento para que la provincia se fuera ayer de magostos en una de las tardes-noches más animadas del otoño, con multitud de opciones y propuestas gastronómicas para honrar a San Martiño. Unas 200 personas abarrotaron en Manzaneda la nave municipal para compartir una comida de magosto que remató con la actuación de Os Airiños da Porta Falsa. En O Irixo fueron 650 los comensales que disfrutaron de una de las ediciones más concurridas.
A Mezquita y Vilariño de Conso también celebraron el magosto por todo lo alto en su festividad local, el San Martiño, con sendas misas en honor al santo y una sesión vermú. Antes del magosto, en Vilariño disfrutaron de la visita de los Bolechas y en A Mezquita con varios concursos populares.
Al caer la tarde se fueron encendiendo los hornos y las hogueras de las distintas celebraciones familiares, vecinales y municipales. En Entrimo, el Concello organizó la versión celta de los magostos con una fiesta donde los presentes se vistieron de castrexos para disfrutar de una programación que incluyó varios talleres, cena y el concierto de O Sonoro Maxín. Celebraciones que tuvieron su réplica en los demás concellos de Baixa Limia y Terra de Celanova.