El PSOE ourensano resucita los viejos fantasmas y vuelve hoy a enfrentarse a sí mismo en una votación aparentemente inocente que esconde tras de sí un referéndum al liderazgo en la ciudad y al trabajo de Rafael Villarino como portavoz en el Concello de Ourense y líder de la formación. Hoy se escogen a los ocho delegados del PSOE ourensano que irán al Congreso Federal de octubre, en el que se ratificará a Pedro Sánchez como secretario general. Pero lo que verdaderamente se dirime es la correlación de fuerzas internas. Lo que debería ser un trámite, se ha convertido en una guerrilla interna. Como ejemplo, el portavoz en el Concello (Villarino) y la viceportavoz (Natalia González) concurren en listas separadas. El primero, en la oficialista, que lidera Francisco Fumega, alcalde de Carballiño; la segunda acompaña a Noela Blanco, quien lidera la lista que intenta aglutinar al sector crítico de la ciudad y de la provincia.
De las 56 agrupaciones provinciales que envían una delegación para el Congreso Federal, 51 han confeccionado ya una lista única de consenso y no tendrán que pasar por las urnas. Ourense es una de las cinco que hoy tendrá que votar. Las otras son Cádiz, Cantabria, Palencia y Fuerteventura.
En el caso ourensano, están llamados a las urnas casi 1.400 militantes, que se distribuirán en 22 centros de votación. El más numeroso, en la urbe, donde están convocados 578 afiliados. La campaña ha sido, como se temía, dura, e incluso la ejecutiva provincial llegó a pedir a Ferraz que suspenda de militancia a avalistas de Noela Blanco por insultar a Pedro Sánchez y otros cargos del Gobierno en las redes. Ayer trascendía la expulsión de uno de ellos. Mientras, Blanco ha hecho campaña en clave orgánica, incidiendo en la necesidad de tener nueva ejecutiva local y convocar el comité provincial.
En la provincia, la candidatura de Fumega parte como favorita y muestra mayor fortaleza en gran parte de las comarcas. O Ribeiro, la ciudad y Valdeorras parecen ser los núcleos donde Blanco podría exhibir mayor apoyo y dar la sorpresa. En la urbe, quien gane lo hará por un puñado de votos. Un factor clave será la participación. La última referencia está en el 72% que votó en el proceso entre Barquero y Elena de Prada. Todo lo que supere esa cifra podría decantar la balanza con más claridad de la esperada para alguno de los bandos.
