ENTREVISTA

Ouka Leele: "Quizás debería escribir mi filosofía en vez de contarla en imágenes"

Dibujo
photo_camera Ouka Leele en "Sin Piedad", campaña contra el maltrato.

La artista abre las jornadas de la ICC Week el próximo miércoles hablando sobre la censura, el arte y la fotografía

La evolución artística de Ouka Leele es un relato sin nudos. La libertad y la autocensura, los encargos y los sueños, la timidez y la rebeldía, conviven en el mundo creativo de esta fotógrafa y pintora que floreció con la Movida Madrileña y hoy atesora el  Premio Nacional de Fotografía o la Medalla de Honor en la Bienal Internacional del Cairo. El único nudo de su biografía es su proyecto más reciente, en el que conecta con mujeres afganas que tejen a mano otro elemento del arte: alfombras persas. Para esta entrevista, la creadora que abre las jornadas de la ICC Week el próximo miércoles, escoge un retrato de Juan Carlos Vega en una campaña contra el maltrato titulada "Sin piedad". Le parece oportuna tras la decisión judicial de La Manada que ha movilizado a toda España. 

¿Cómo era crear en los 80? 

Fue un momento muy especial, de mucha libertad. El otro día alguien me dijo que ha vuelto la censura. En aquel momento, había mucha  libertad para investigar en el ámbito artístico. Elegimos más la investigación personal que los títulos, era un elogio a ser autodidacta.

¿Se ha autocensurado alguna vez? 

Sí. Tengo alguna foto que no enseño porque creo que sería demasiado dura para alguna gente.

¿Hablamos de ella? 

Sí. Estaba haciendo una serie de retratos de inmigrantes y una de las mujeres que posó, en la capilla de Casa de América de Madrid, me dijo que quería salir desnuda. Se puso haciendo el puente, con su parte sexual mirando hacia arriba. Es una foto preciosa, nada desagradable, pero me da pudor porque hay gente que puede sentirse ofendida. Tengo tantas cosas que no han salido a la luz... Además, hacer una exposición es muy caro. 

¿Ha vivido siempre del arte?

Nunca he hecho ninguna cosa que no sea dedicarme al arte, pero llevo toda la vida haciendo encargos. Nunca he podido decidir estar un año haciendo algo mío porque me da inseguridad.

No por tiempo, ¿sino por miedo?

Me da miedo descapitalizarme, que me gaste el dinero ese año y verme mal al siguiente. Igual es un poco de cobardía por mi parte, pero esa es mi forma de vivir.

Muy centrada.

Sí. A veces hay becas de investigación increíbles y me dicen: "¡Pero es que tú ya eres muy famosa!". Así que con la gracia, nunca he podido dedicarme a la investigación y lo que hago es meter mi filosofía en los encargos. Fotos como "El beso", que fue encargo de la revista erótica Penthouse, pero me dieron total libertad. Con lo cual, los que me hacen encargos acaban siendo mis propios mecenas.

¿Sobre qué reflexiona en sus fotos?

El otro día lo he pensado en voz baja: creo que soy filósofa. Creo que tengo un pensamiento filosófico y quizás me he equivocado y debería dedicarme a escribirlo. Lo he contado siempre en imágenes, que es mucho más difícil de comprender. Aunque yo también he visto en el Museo del Prado que los artistas eran filósofos.

Los museos han influido mucho en su forma de entender el arte.

Sí. Lo que me hace decidir ser artista desde muy pequeña es el Museo del Prado. Lo que yo veía allí me hacía llorar, siempre he tenido una sensibilidad muy exagerada para el arte, para todas las artes. Ahora me estoy abriendo a muchas más cosas. 

¿A otras disciplinas?.

Creo que yo hubiera sido feliz si me hubieran enviado a una escuela donde solo se dieran clases de arte.  Hubiera aprendido danza, un instrumento, canto, pintura, fotografía...Debería de existir una escuela así para los niños con sensibilidad artística, dejas de perder el tiempo y te dedicas a lo que de verdad te gusta.

Hacía fotos en blanco y negro y las pintaba. ¿Por qué?

Nunca entendí la foto en color. Cuando veía fotos en color me espantaban, no era un color real. Como tenía la necesidad de pintar, el pintar las fotos fue algo natural. Creé una especie de estilo muy reconocible, pero después me ahogo si estoy haciendo siempre lo mismo, necesito investigar otros materiales y otras formas de hacer. Me acepto como soy. Creo que soy muy variada, mi estilo es no tener estilo. Sé que es un riesgo y no es nada comercial, pero mi firma es así. 

¿Fue un reto pasar a digital?

Sí. Fue horrible. Lo digital no tenía calidad y pensé que la fotografía se había acabado. Entonces decidí que me iba a dedicar a pintar y me encargan un mural de 300 metros cuadrados en un pueblo de Murcia. Aquello dio pie a "La mirada de Ouka Leele", película documental que fue nominada a los Goya. Estuve pintando dos años, pensé que sería una señal, pero me llega el Premio Nacional de Fotografía. Era un despropósito no aceptarlo. Así que tenía que digitalizar todos mis negativos y empecé con el Photoshop. Ahora me manejo muy bien con él, a mi manera.

¿Le gustaría  repetir en el cine?

Sí, es otra de mis grandes pasiones. Creo que empecé con el cine antes que con la foto. Tengo un sueño, me gustaría hacer una película, aunque sea larga, con un guion mío.

¿En qué más proyectos anda metida?

A mí me pasan unas cosas muy divertidas. Se han ido muriendo mis perros por mayores y para consolarme dije: pues ahora podré tener alfombras porque no hay quien las manche. Al pensarlo, entré en contacto con un productor de alfombras persas, que lleva toda la vida trabajando con la técnica tradicional en el nudo de alfombra persa hecho por mujeres en Afganistán. Me dijo que quería jubilarse y sacar alfombras diseñadas por mí.  Estamos produciéndolas y queremos presentarlas en octubre. Cada nudo,es como convertirlo en píxel, y eso lo hace una mujer a mano. Es precioso. El maestro del telar tiene siete hijos y me dice que cada noche no sabe cuántos hijos van a volver a casa. Imagínate lo que viven y  a la vez están creando belleza. Por eso queremos hacer la exposición con las alfombras, pero también contar cómo es su cultura, traer música...

Mujer y fotografía...

La fotografía y la mujer tienen algo que ver. Ha costado muchísimo que la foto sea considerada arte. Es una pesadilla de duda insoportable que creo que ya está bastante clara. Es como que si eres fotógrafa y eres mujer te toca luchar mas que nada. La fotografía parece que es como la hermana pequeña del arte. Lo que pienso es que que he sido considerada como artista siempre,  pero ahora veo un retroceso… Por ejemplo, cuando te llaman solo para exposiciones de mujeres. ¿Por qué tengo que estar en una muestra colectiva de mujeres si siempre he sido artista por mi misma? "El hombre y la fotografía" quedaría ridículo, pues lo mismo con nosotras. Si un artista es bueno, da igual su género. 

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