El Concello limpió O Porteiro en una ocasión, pero ya ha vuelto a acumular residuos de todo tipo

Reaparece en las afueras de la ciudad un vertedero ilegal

Escombros, frigoríficos, carcasas de ordenadores, televisores, ruedas, baterías de coche, neumáticos, muebles, ropa, juguetes e incluso pañales sin usar, se acumulan a lo largo de 50 metros de un camino forestal próximo a Seixalbo, en la zona denominada Porteiro, en Ourense. Un enorme vertedero ilegal a tan sólo 10 minutos de la Universidade Laboral y a escasa distancia de la OU-320, en donde hace algunos años los servicios de limpieza municipal recogieron cientos de kilos de basura pero que, debido a la falta de continuidad de las medidas para poner fin a esta situación, ya ha vuelto a convertirse en una auténtica escombrera.
Técnicos del Concello se desplazaron en la tarde de ayer a la zona para ver los vertidos y llevar a cabo las tareas de limpieza con la máxima premura posible, según adelantó la concelleira responsable del Área de Limpieza, Susana Bayo, pero que se podrían prolongar durante varios días por los complicados accesos al lugar (latitud: 42° 18' 47.8578' y longitud: 7° 51' 19.7748', según las coordenadas para GPS).

En las proximidades al punto donde está situado este vertedero ilegal apenas hay viviendas, tan sólo huertos y fincas con barracas, donde vendedores ambulantes guardan sus camionetas y atracciones de feria. Sin embargo, ningún vecino ni organización ecologista había dado la voz de alarma a las instituciones públicas o al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) sobre esta agresión medioambiental, hasta que ayer se puso en conocimiento de la Concellería de Limpieza.

Un antiestético vertedero del que emanan malos olores al pie de un boscoso pinar, cuyo coste para su eliminación tendrá que ser asumido por las arcas municipales, en el caso de que no se encuentren pistas evidentes sobre los causantes, una posibilidad que ya se descartó en la anterior ocasión en la que el Concello tuvo que limpiar este punto de vertido donde se arroja ilegalmente basura de todo tipo.

La peligrosidad para el medio ambiente queda patente con la presencia de cristales, cartones y papeles, una bomba de relojería para el próximo verano, cuando en conjunción con la sequía y las altas temperaturas, podría provocar incendios forestales en una zona con elevada presencia de masa forestal.


RESIDUOS PELIGROSOS

En el vertedero también se acumulan restos de uralitas y fibrocementos procedentes de obras menores, que contienen amianto. Este producto está calificado como altamente peligroso para la salud y el medio ambiente, y arrastrado por las lluvias acaba filtrándose en las tierras de labranza o aguas subterráneas. Lo mismo sucede con los ordenadores y resto de basura electrónica, para cuya fabricación se emplean materiales tóxicos para el entorno y altamente radioactivos, como puede ser el caso del cobre, plomo y arsénico de los tubos de rayos catódicos, o el cadmio, selenio, cobalto y cromo en las placas base.

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