Un regidor debe ser soberano pero también negociar, dicen los alcaldes


La autonomía, o no, del alcalde de la ciudad para decidir cómo reparte, otorga o quita responsabilidades de gobierno a sus concejales es otro foco de conflicto en esta crisis municipal que parece no tener fin. Porque la dirección provincial se atribuye ciertas directrices en ese ámbito que el regidor, Agustín Fernández, habría ignorado pese a las cartas recibidas pidiendo la restitución de las áreas de gobierno a Rodríguez Penín.

Ayer, regidores y portavoces municipales socialistas consultados, algunos de ellos miembros de la ejecutiva provincial, eran claros en este asunto, aunque de puertas afuera prefieren mantener la prudencia, entre otras cosas, reconocen, porque pronunciar su opinión sobre el conflicto en Ourense -que consideran que les afecta porque desprestigia a su formación y daña su imagen entre los votantes- pudiera ocasionarles problemas con uno u otro lado de los 'bandos' enfrentados.

Autonomía y diálogo
Sí tienen claro que la autonomía de los alcaldes ha de ser clara en ese asunto, pero también defienden que la negociación y el diálogo es el que debe mandar en la gestión y organización de los grupos municipales, aunque haya que acatar la disciplina de voto y los acuerdos que se adopten en el seno de los grupos. Y eso, aseguran, no se ha hecho en el caso de Ourense, no ahora ni en los últimos años, porque sostienen que la crisis entre los socialistas de la ciudad no es consecuencia del desplante del pasado 13 de diciembre: 'Esa sólo fue la gota que colmó el vaso, el origen está en enfrentamientos electorales y de poder' anteriores. El más claro ha sido el regidor de Parada de Sil, el socialista Francisco Magide, que tiene claro que en el ámbito del gobierno municipal el alcalde debe tener la autonomía necesaria para organizar su grupo, aunque con dosis de consenso. 'O grupo ten que reunirse e adoptar decisións, o que decida a maioría que se asuma, e o que non esté dacordo que marche para casa', dijo. Porque la situación de Ourense, sostiene, es 'unha auténtica vergoña' y, además, no es 'correcto' que en un momento en que hay que tramitar algo tan importante como un Plan de Urbanismo, 'se prantexe esta verbena'. Por ello, urge la intervención rápida de la dirección gallega para poner fin a la crisis, 'polo ben da cidade.

Desde O Barco, el alcalde socialista Alfredo García, miembro de la ejecutiva provincial, entiende que la 'negociación' y la 'generosidad' por ambas partes debe ser el pilar principal que solucione el conflicto. Porque, precisa, un alcalde puede tomar las decisiones que quiera dentro de su grupo municipal, pero debe tener 'razones' y justificarlas. En el caso de Ourense, la situación, piensa, sólo se solucionará con la intervención de las direcciones gallega o federal.

El regidor de Piñor, Francisco Fraga, también opta por la prudencia. Él, como García, confiesa tener buenas relaciones con ambas partes y espera que solucionen pronto sus conflictos. Porque la rapidez es ahora fundamental, dilatarla o enquistarla en el tiempo sólo causará más perjuicio a la gobernabilidad del Concello de Ourense. Y eso debe hacerlo ya la dirección gallega, que se ofreció a mediar, dijo. n

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