Los empresarios del sector confirman que se instalan más sistemas de seguridad en los pisos

El repunte de robos en casas eleva la demanda de alarmas

Javier González muestra dispositivos para reforzar cerraduras. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Hay más miedo.
Es una de las razones por las que aumenta la demanda de sistemas de seguridad en la época estival, y es que nadie quiere dejar su vivienda desprotegida y llevarse una sorpresa al regresar de las vacaciones. Así, lo confirmaron varias empresas dedicadas al montaje de estos aparatos en la ciudad. A su vez, aseguran que si antes se instalaban más alarmas en casas ubicadas en núcleos rurales y negocios, son ahora los propietarios de pisos los que también se decantan por este tipo de sistemas. En paralelo, se encuentra el repunte en los últimos tres meses de robos en pisos de Ourense, algo que también constatan las fuerzas de seguridad.

El precio medio de una alarma para proteger un piso de unos 70 metros cuadrados, sin terraza, oscila entre los 300 y los 400 euros contando con unos tres detectores. Mientras, muchos ourensanos optan por mejorar las cerraduras de sus viviendas, así como reforzar las puertas y ventanas exteriores, sobre todo, si se sitúan en un bajo o en un primero. También son muchos los emigrantes que disfrutan de sus vacaciones en la provincia -al tener una vivienda en propiedad- los que se deciden a instalar sistemas de seguridad como alarmas o cámaras en sus domilios, puesto que al finalizar el perído estival regresarán a sus países de residencia habitual.


LAS TÉCNICAS

Todo apunta a que este incremento de robos no se debe tanto a los descuidos de los inquilinos, sino a que 'son los cacos los que van perfeccionando sus técnicas para entrar a las viviendas', explicó Julia Navaza. Afirmó que 'por lo que se está viendo no es tan difícil entrar a robar en un domicilio, además, los ladrones arriesgan más, tanto por la hora como por los lugares'. También la crisis podría estar detrás de las mayores facilidades con las que cuentan los cacos, puesto que 'las puertas de los edificios son de peores materiales', ejemplificó Navaza. Una idea que también comparte Javier González: 'Las nuevas construcciones emplean sistemas más básicos, que influyen directamente en la seguridad'. Asimismo, una puerta con la etiqueta de blindada, 'aunque en general otorga una mayor más tranquilidad a los inquilinos no siempre es tan segura como se imaginan'. Para ello, hay en el mercado diferentes dispositivos y piezas de acero, sobre todo, que evitan la ruptura y la manipulación de las cerraduras.

Hay diferentes formas de entrar en un domicilio ajeno, pero quizás las más populares y que tienen por objetivo la puerta principal, son las que protagonizan los ladrones al hacer uso de palanquetas para accionar los pasadores, mordazas y taladros de batería, mientras que una puerta cerrada 'sólo al tirar de ella' permite la entrada a los cacos con el uso de una radiografía o de un carné.

Los profesionales del sector concuerdan, además, en que son los dueños de casas, los que optan en mayor medida por instalar 'perimetrales exteriores' en los muros y vallas, para evitar que el acceso al interior de la casa del caco.

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