Respiro a corto plazo en la matrícula de colegios del rural

Taboadela. 12-09-2017. Las otras escuelas, una escuela unitaria en Taboadela, con 8 alumnos, hoy 6. Paz

El nacimiento de un solo niño en un municipio ourensano puede marcar que el colegio siga abierto al año siguiente. Las famosas ratios –la Xunta marca un mínimo de seis alumnos para mantener un centro–cobran sentido en el Ourense vaciado. Esta semana terminó el plazo de solicitud de reserva de plazas, un primer "tanteo" que sirve de mucho a los colegios para perfilar su futuro. El 1 de marzo se inicia el periodo de presentación de solicitudes y los esfuerzos para atraer alumnado en el rural son evidentes La generación de 2017, los de 3 años que arrancan su etapa educativa en septiembre, está formada por 1.709 pequeños en la provincia. De los 92 concellos, 60 tienen cinco o menos nacidos en 2017. Pero la llegada de familias extranjeras esboza alguna sonrisa en los "supervivientes".


Primeras familias


Los seis de la provincia que estaban en "peligro" de continuidad en los últimos cursos respiran más o menos tranquilos: hay familias que se han interesado estos días por el centro y que prometen la matriculación para el próximo curso. Vilariño de Conso, Beariz, Baltar, Sarreaus, Punxín y Taboadela son esos seis concellos que han estado al límite en los últimos años, aunque la situación ha comenzado a mejorar en algunos


“Quédannos aniños de vida"


María Dolores Fernández, profesora en el colegio de Baltar, cuenta que tienen dos solicitudes. "Estamos ben, ao colexio polo menos quédanlle uns aniños de vida", cuenta. Calcula que con las nuevas incorporaciones el colegio ascendería a 21 alumnos. El futuro es esperanzador si atendemos a los datos de nacimientos del Instituto Galego de Estatística y a la confianza en que las familias de la zona matriculen a sus hijos en su concello. Según el IGE, son siete los niños nacidos en Baltar en 2017, la generación que inicia el colegio el próximo curso. Los datos del futuro son incluso mejores: ocho pequeños nacieron en 2018, el mejor dato desde 1994, cuando nacieron 11 niños.

Vilariño de Conso salvó el pasado curso gracias a dos familias de extranjeros: llevaban años con seis alumnos, el límite, y estos padres consiguieron que el alumnado ascendiese a nueve. "De momento viñeron un par de familias de Vilariño a preguntar, así que creo que nos manteremos no mesmo número, xa que os maiores quedan porque non hai ningún de último curso", explica Brais Afonso, responsable del centro. Solo ha nacido un niño en 2017 y dos en 2018.


Carteles por el pueblo


Taboadela sufre la cercanía con la ciudad. Hay siete niños nacidos en la generación que entra este curso y en 2018 nacieron cinco. "De momento temos para continuar. Seguros creo que temos catro nenos, pero viñeron cinco ou seis familias a ver a escola e aínda empezamos a semana pasada coa campaña por redes sociais. Puxemos o video promocional e carteles polo pobo". Son ocho alumnos y uno se va; esperan llegar al menos a 11 niños en esta escuela infantil. Los beneficios los anota la profesora: "Grupos reducidos, temos horta escolar, facemos pequenos proxectos, temos o Plan Madruga... Hai que ir engadindo cousas para sobrevivir".


“Xa é bastante logro"


El CEIP de Sarreaus espera, al menos, seis nuevos niños el curso que viene. "Xa é bastante logro para aquí", dice el director del centro, Paco Losada. Añade que está una familia pendiente de que le arreglen una casa, por lo que podría aumentar la matrícula. Actualmente son 12 y el año que viene se irán dos, por lo que si los seis que reservaron se matriculan empezarán el curso 15 niños. Las ventajas: "Funcionamos coma unha pequena familia, hai días que facemos as tres comidas xuntos".  

En Sarreaus cada niño trabaja con una tablet, disponen de clases de refuerzo y proyectos en la biblioteca para fomentar la lectura. Y cocinero: "Veu a inspección de Sanidade hai pouco tempo e dixo que isto era un luxo", dice el director. El futuro está por ver: en 2018 no nació ningún niño en Sarreaus, algo histórico: no hay ningún año con cero nacimientos desde que el IGE dispone de datos, hay que remontarse a 1975. 

En el CEIP Beariz no esbozan tantas sonrisas. "Foinos mal, ninguna reserva". Actualmente hay 10 niños en el colegio y uno acaba este curso. Nueve niños que aseguran la continuidad, pero el futuro desalentador está ahí: en 2017 no nació ningún niño en Beariz, pero tampoco en 2018, lo que complica el futuro de este colegio. 


“Aquí non se miran as rentas"


Ventajas de un centro como el de Beariz, muchas. "Temos a xornada partida, todos comen no comedor, non se mira a renta nin se mira nada. As vantaxes deste cole non se atopan en moitos sitios", cuentan desde el centro. El problema: "Marchan para Ourense, non é cuestión do colexio senón de que a zona non ten ventaxas laborais". Precisamente en el fomento del empleo es en una de las medidas en las que insisten los expertos para revertir la sangría demográfica.

La escuela unitaria de Punxín, la última de las seis citadas, arrancó el pasado curso con nueve alumnos. La continuidad a corto plazo se garantiza. Hay tres niños nacidos en 2017 y dos en 2018.

El panorama que queda es el de siete concellos sin ningún nacimiento en 2017, nueve con un solo niño nacido y solo 17 de los 92 municipios ourensanos registran más de 10 nacimientos en 2017.


Los expertos valoran


"La natalidad solo se puede fomentar generando empleo de calidad", apunta Francisco Burillo, fundador de la Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica. "Los inmigrantes serían clave, tienen más hijos. Pero esto se basa en que se genere empleo y vivienda y transmitir la imagen de que el rural no es de paletos", apunta Domingo Gómez Orea, presidente del Comité de Asuntos Rurales del Instituto de la Ingeniería de España. Rubén Camilo Lois González, catedrático de Geografía en la USC, apuesta por "umbrais máis baixos no acceso as garderías para pais novos".  

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