Dos pancartas en el espacio destinado al público reivindicaron en el pleno municipal de ayer una solución para el edificio de Marcelo Macías amenazado por una sentencia, no firme, de derribo. Y culpaban a la concejala de Urbanismo, Aurea Soto, que en 2008 otorgó la licencia de ocupación al inmueble. Por eso, la situación de este edificio fue un asunto recurrente en la sesión plenaria de ayer, a modo de ejemplo del modelo urbanístico desarrollado por el planeamiento de 2003.
El portavoz del PP, Rosendo Fernández, recordaba que fue la concejala socialista de Urbanismo la que permitió ocupar el inmueble, pero el alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, dijo a los vecinos afectados que el origen del problema de su inmueble es realmente el Plan de Manuel Cabezas, el que recalificó el suelo, otorgando al promotor la posibilidad de construir 90 viviendas en un bloque compacto de bajo y ocho plantas. La socialista Soto dio licencia de ocupación, pero por obligación legal; no hacerlo, cuando el Plan de 2003 aún está en vigor, le hubiera supuesto una denuncia por prevaricación.
En realidad, en esa parcela se multiplicó por 10 la edificabilidad en 2003. Allí había un aserradero y el Plan anterior sólo contemplaba viviendas unifamiliares, con parcelas mínimas de 1.000 metros. El promotor logró nueve plantas en una zona donde el perfil es de bajo más cuatro y suelo consolidado, exento de cesiones urbanísticas al Concello.
En realidad, en esa parcela se multiplicó por 10 la edificabilidad en 2003. Allí había un aserradero y el Plan anterior sólo contemplaba viviendas unifamiliares, con parcelas mínimas de 1.000 metros. El promotor logró nueve plantas en una zona donde el perfil es de bajo más cuatro y suelo consolidado, exento de cesiones urbanísticas al Concello.
