Las reyertas se multiplicaron por seis durante el último mes

photo_camera Sigue la preocupación en la ciudad por el aumento de las peleas nocturnas. Y crece también su peligrosidad. Una de ellas se produjo este sábado en la rúa Gravina. Una persona le clavó un vaso a otra. Los restos de sangre quedaron en la vía como prueba.
Los sindicatos policiales solicitan que la Unidad de Prevención y Reacción trabaje el fin de semana

Las reyertas urbanas en Ourense  son seis veces más numerosas que hace dos meses. Así lo aseguran los agentes que trabajan en la calle en horario nocturno: solo este fin de semana hubo ocho peleas “graves” y más de 20 enfrentamientos no comunicados.

Los sindicatos de la Policía Nacional de Ourense alertan de que el incremento de la violencia es notorio en la ciudad y va aparejado al consumo de alcohol y drogas. Este fin de semana, además de puñetazos y patadas,  en dos de las peleas registradas los participantes usaron botellas rotas o vasos como armas arrojadizas. Según relataron fuentes policiales a este diario, en la primera, ocurrida el viernes en la rúa Luna, dos bandas -una de latinos y otra de O Vinteún y A Valenzá- una joven recogía una botella del suelo, la estallaba contra una pared y corría a clavársela a otro. Además, otro hombre recibía un botellazo en la cabeza durante la riña. Ambas víctimas, una de ellas procedente de Monforte, tuvieron que ser hospitalizadas al resultar heridas graves. 

El sábado, la noche fue aún más conflictiva. En la rúa Gravina, dos hombres comenzaron a batirse hasta caer al suelo. Uno se puso encima del otro y le clavó repetidas veces un cristal. Sobre la acera aún hay restos de sangre. En las otras cinco reyertas, dos hombres fueron hospitalizaron al resultar heridos. 

El Sindicato Unificado de Policía de Ourense, aunque constata este incremento de la violencia,  envía “un mensaje de tranquilidad” y afirma que “los agentes de la Comisaría y los grupos de Seguridad Ciudadana están preparados para enfrentarse a estas intervenciones”.

Estos agentes solicitan, al igual que sus compañeros de Alternativa Sindical Policial (ASP), que el grupo de la Unidad de Prevención y Reacción -grupo parecido a los conocidos como antidisturbios- se adapte a la realidad social y actual. Este grupo solo trabaja de lunes a viernes y la mayoría de riñas se producen el fin de semana. Desde ASP señalan que “estamos quedando vendidos en la calle, sin medios ni recursos”. 

"Apagar el fuego, no un foco"

Mientras los agentes mantienen la calma con escasos efectivos y mientras atienden otros conflictos, Ricardo Fandiño, psicólogo judicial, propone otro enfoque: “apagar el incendio y no solo un foco”. “Hay que trabajar a nivel de prevención. Hay que ir a los barrios, a los parques y hablar con los chavales, existen muy pocos programas para un problema que ocurre de forma cíclica”, explica el psicólogo. Fandiño indica que esta prevención debe servir para que los jóvenes encuentren un arraigo, una identidad más adaptativa: “Hay que estudiar por qué estos chicos tienen la necesidad de arraigarse en estas bandas”. Los vecinos del Casco Vello echan de menos algún programa de integración o que se preocupe de estudiar este tipo de violencia. Únicamente, el concejal de Seguridad Ciudadana tiene cambios previstos en la cúpula de la Policía Local, un organismo que solo cuenta con nueve agentes para vigilar de noche la ciudad.

El “adolescente violento” es un “estigma” que Fandiño apunta que hay que erradicar . “No es una conducta general, ocurre en grupos pequeños y en jóvenes con un perfil determinado, de entornos en los que hay muy poca presencia de adultos que ejerzan algún tipo de intermediación”, explica. En cuanto a las bandas, las peleas “siempre tienen que ver con cuestiones identitarias y de pertenencia, estos chicos sienten que tienen que ser parte de algo y la existencia de un enemigo tiene que ver precisamente con definirse frente al otro  y demostrar quién es el fuerte”. 

31 positivos por drogas y alcohol

Los controles que realiza la Policía Local tras cada noche de fiesta se saldaron este fin de semana con 26 positivos por alcohol, cinco por drogas, dos personas que se negaron a realizarse la prueba de alcoholemia y un sancionado por conducir tras haber perdido la vigencia de su permiso de conducir. En cuanto a positivos por alcohol, el perfil de los identificados se corresponde con hombres -excepto por cinco mujeres- de entre 21 y 58 años. Por otra parte, la persona más joven que conducía bajo los efectos de las drogas tenía 21 años y el más mayor 57.

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