Los ríos de Ourense no dejan de crecer debido a las precipitaciones que caen de forma continua desde octubre en la provincia. Los efectos de las lluvias se dejan ver en los datos: la media de los caudales es ya el doble de la registrada en diciembre de 2021, y supone un 50% más de agua que el promedio histórico para esta época del año, según los datos de la Hidrográfica Miño-Sil. La reserva hídrica, por su parte, se encuentra en valores superiores al 60% de la capacidad total.
Aunque el crecimiento de los ríos es generalizado, tanto en la demarcación del Miño-Sil como en la del Duero, el Arenteiro y el Avia presentan el incremento más notable. El Arenteiro se encuentra a su paso por Carballiño un 105% por encima de la media histórica, y el Avia lleva un 97,3% más de agua. En el otro extremo de la balanza, el Miño a su paso por A Peroxa y por Ourense son los que menos han crecido respecto al promedio de esta época. Ya en la demarcación del Duero, el Támega ha pasado de registrar un caudal mínimo a inicios de octubre a valores superiores a los 60 metros cúbicos estos días, a su paso por Rabal.
En la última semana, las lluvias provocaron desbordamientos en ríos como el Avia, el Arenteiro o el Búbal, además de activarse las alertas del Arnoia -ayer el nivel del agua estaba próximo al umbral de activación en Baños de Molgas, previo a la prealerta-.
Los embalses, al 62%
La situación de las reservas hídricas también da claras muestras de las continuas precipitaciones. Según el último boletín de la Hidrográfica, los embalses ourensanos se encuentran al 62,05% de su capacidad total, lo que supone un crecimiento del 5,52% respecto a la semana anterior.
Las cifras son muy positivas, aunque todavía no han superado el promedio histórico para estas fechas, que se sitúa en torno al 66% de la capacidad de las presas de la provincia.
Entre los embalses con más reservas se encuentra Chandrexa, al 96% de su volumen; Castrelo, al 83%; Frieira, al 82,6%, o Velle, al 75%. De hecho, ayer por la tarde los alrededores de la presa de Chandrexa comenzaban a inundarse, tales como la playa fluvial, anegada, y parte de la finca de un restaurante próximo, que se encontraba sumergida.
