SANIDAD

Coronavirus en Ourense | El rural, por ahora, no quiere visitas

El cartel colocado por Domingo Diéguez en su carpintería de Pobra de Trives.
photo_camera El cartel colocado por Domingo Diéguez en su carpintería de Pobra de Trives.
Con motivo del coronavirus, concellos como Trives o A Veiga han incluido en sus bandos llamamientos a la responsabilidad de los que regresan de zonas de riesgo para que no acudan a estos municipios... de momento.

El Concello de A Veiga "requiere ás persoas que habitualmente residen en cidades que se absteñan de vir se non fose necesario" y, en caso de fuerza mayor, para ir a A Veiga, "requírese que permanezcan nas casas" y cumplan las medidas sanitarias establecidas. Así reza en el bando municipal -uno de tantos- publicado este viernes en este municipio valdeorrés.

No es el único municipio del rural que muestra explícitamente su temor a la llegada de personas procedentes de lugares donde el coronavirus se ha convertido en todo un problema, como es el caso, sobre todo, de Madrid. Es el caso de Trives, donde, además de suspender actividades y restringir la atención presencial a los vecinos -como en la práctica totalidad de los municipios de la provincia-, pide a visitantes y personas desplazadas "conciencia social e evitar desprazamentos ao noso concello de persoas procedentes de comunidades autónomas de risco".

El empresario y exalcalde de Pobra de Trives, Domingo Diéguez González, acordó cerrar las puertas de la carpintería a los visitantes. "Pechei por responsabilidade. Acaba de chegar xente de Madrid, Barcelona e outras cidades con risco e non a vexo recluida en casa. A xente escapa das capitais. Aquí, entraba xente que non ten que vir a nada", comentó. La masiva llegada de visitantes, muchos de ellos procedentes de ciudades con riesgo, causó "pánico" en Trives. "Hai negocios que pechan", dijo e hizo un llamamiento a la responsabilidad: "Ao mellor somos portadores e non o sabemos".

En este sentido, recuerdan que  la población habitual de este municipio es "poboación de risco", al tener una avanzada edad media.

Alerta máxima también en San Xoán de Río. Este Concello tiene una población de 531 habitantes, 269 de ellos superando los 65 años, y alcanzando los 958,11 de índice de envejecimiento (número de mayores de 64 años por cada 100 menores de 20) según los datos del Instituto Galego de Estadística, referidos a 2019. A su vez, la edad media, 62,48 años, es la mayor de Galicia, tal y como comentó su alcalde, Xosé Miguel Pérez Blecua. El regidor explicó que durante el verano, el regreso de los emigrantes, consigue que la población del Concello se multiplique por cinco, por algo lo denominan el “Sanxenxo do Interior”, una situación que podría repetirse estos días, debido a la paralización de actividades. Muchos de ellos llegarán desde Madrid, una ciudad muy castigada por el coronavirus, por lo que los envejecidos habitantes de sus aldeas, situados en el grupo de mayor riesgo, podrían enfrentarse a un serio problema. "Tememos que veña todo. Algo vai haber que facer", reconoció el regidor.

Conciliación en el rural

En A Baixa Limia no se ha notado todavía la llegada de los llamados vecinos de fin de semana. "Hay mucha gente que reside en Ourense y que, los fines de semana, regresa al pueblo. Vamos a ver qué pasa estos días, si viajan, si se quedan... Parece que da más seguridad pegarse a la tierra", comentaba el regidor de Entrimo, Ramón Alonso quien, como padre de familia, reconocía que el cierre de los colegios obligará a que sus hijas se trasladen desde la ciudad de As Burgas donde tienen fijado el domicilio familiar. "No se pueden quedar con la abuela, no es recomendable. Así que vendrán el fin de semana y se quedarán aquí estos días siguiendo todas las recomendaciones", matizaba.

Una situación similar vivía ya ayer la regidora de Lobios, Mari Carmen Yáñez, quien compatibilizaba su trabajo en el consistorio con la atención a los pequeños, de 7 y 12 años. "Sin colegio, los niños no se pueden quedar solos en la ciudad, así que nos trasladamos todos a Lobios, aquí estamos más cómodos", reconocía Yáñez, quien subrayaba que, a pesar de sus cortas edades, los pequeños ya son conscientes del coronavirus y de la necesidad de tomar precauciones.

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