El Colegio Rural Agrupado (CRA) Amencer, de Ribadavia, es uno de esos centros en los que la tranquilidad es una constante en las aulas, no sólo para sus matriculados sino también para los docentes.
El colegio agrupa tres aulas unitarias del Ribeiro, en este caso las de San Cristovo, San Paio y Francelos, en los que tan sólo estudian 39 alumnos. Hasta hace años también agrupaba la aula unitaria de Beade, pero la falta de alumnos obligó a su cierre. La directora del colegio agrupado, Marosa Ferreiro, califica como 'un placer y un lujo' el hecho de poder trabajar en este tipo de centros, pues 'la educación es mucho más especializada e individualizada, la relación con los padres de familia es mucho más cercana, y aunque no tenemos mucho presupuesto cualquier docente que da clases en estos colegios está contento pues su labor es gratificante'.
En palabras de la directora del centro, el mayor problema que viven los cinco profesores fijos de este colegio son los desplazamientos, pues según explica 'no es como en las ciudades que el profesor sólo cambia de aulas en el propio centro, sino que tiene que desplazarse en un propio vehículo de una aldea a otra, con la consecuente pérdida de tiempo'.
Por este motivo, Ferreiro argumenta que el 'profesorado del rural está menos rentabilizado'.
En palabras de la directora del centro, el mayor problema que viven los cinco profesores fijos de este colegio son los desplazamientos, pues según explica 'no es como en las ciudades que el profesor sólo cambia de aulas en el propio centro, sino que tiene que desplazarse en un propio vehículo de una aldea a otra, con la consecuente pérdida de tiempo'.
Por este motivo, Ferreiro argumenta que el 'profesorado del rural está menos rentabilizado'.
